En lingüística, las palabras son homónimas cuando son iguales en la forma y tienen distinta significación; las homógrafas tienen diferente significado y se escriben iguales; y las homófonas suenan de igual modo, pero difieren en el significado.
Todas las palabras homónimas son homógrafas y homófonas, y todas los homógrafas son homónimas y homófonas; sin embargo, las homófonas no son homógrafas.
Por ejemplo, son homónimas y homógrafas (pueden existir más significados, sólo aparecen dos):
araña: arácnido y presente de indicativo del verbo arañar.
banco: entidad bancaria y asiento.
bonito: pez marino y agraciado, de cierta belleza
capital: cabeza de un Estado o provincia y dinero para invertir.
cazo: recipiente y presente de indicativo del verbo cazar.
cobra: reptil y presente de indicativo del verbo cobrar.
gato: mamífero y máquina para levantar pesos.