Este día se celebra por una iniciativa canadiense, y su celebración es relativamente reciente.
Los océanos cubren dos terceras partes de la superficie de la Tierra, y a través de sus interacciones con la atmósfera, litosfera y la biosfera, juegan un papel relevante en la conformación de las condiciones que hacen posible las distintas formas de vida del planeta.
Además de servir como hábitat de una vastísima colección de plantas y animales, los océanos proporcionan alimento, energía y múltiples recursos a los seres humanos.
En 1994, la comunidad internacional dio un paso muy importante para la protección de los océanos al haber entrado en vigor la Convención de las Naciones Unidas sobre la Ley para los Océanos.
La Convención es uno de los instrumentos jurídicos más importantes del siglo XX. Concebida como un todo, reconociendo que todos los problemas del espacio océano están estrechamente relacionados entre sí y deben ser considerados conjuntamente, establece que los fondos marinos y oceánicos y su subsuelo más allá de los límites de la jurisdicción nacional son patrimonio común de la humanidad que todos tienen derecho a utilizarlos y obligación de protegerlos.
Prevé la solución obligatoria de controversias, establece el marco jurídico global para todas las actividades que se llevan a cabo en los océanos y los mares y contiene normas detalladas que regulan todos los usos de los océanos y definen los derechos y responsabilidades de los Estados.
El mundo debería replantearse la manera en que se está midiendo el crecimiento económico. Durante mucho tiempo las prioridades de desarrollo se han centrado en lo que la humanidad puede extraer de los ecosistemas, sin pensar demasiado sobre como afecta esto la base biológica de nuestras vidas.
Se puede decir que ha habido un progreso muy limitado en la reducción de la pobreza en los países en desarrollo, y la Globalización, por si misma, no ha beneficiado a la mayoría de la población mundial.
En general, los intentos por impulsar el desarrollo humano y para detener la degradación del medio oceánico, no han sido eficaces durante la pasada década.
Los escasos recursos, la falta de voluntad política, un acercamiento no coordinado, y los continuos modelos derrochadores de producción y de consumo han frustrado los esfuerzos de poner en ejecución el desarrollo oceánico sostenible, o el desarrollo equilibrado entre las necesidades económicas y sociales de la población, y la capacidad de los recursos oceánicos y de los ecosistemas para resolver necesidades presentes y futuras.
Una de las principales tareas de la campaña en favor de la flora y la fauna marinas es la preservación del atún, el tiburón, el pez espada y las poblaciones de merlín.
En 1997 la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el año 1998 como el Año Internacional de los Océanos.
Decálogo para salir de la crisis de los océanos
a.. Reducir de forma significativa el tamaño de las flotas industriales;
b.. Reducir drásticamente el impacto de la actividad pesquera en los ecosistemas marinos y en las especies no objetivo de la pesca, aplicando esta reducción a las prácticas más agresivas;
c.. Proteger los derechos y medios de vida de los pescadores artesanales;
d.. Declarar una red global de áreas marinas protegidas;
e.. Poner en marcha el Plan de Acción Internacional de la FAO contra la pesca ilegal;
f.. Luchar contra los efectos del cambio climático y las prácticas acuícolas destructivas especialmente en ecosistemas de gran valor como arrecifes de coral o manglares;
g.. Acabar con la contaminación marina;
h.. Establecer una moratoria sobre la pesca en zonas de alta biodiversidad de aguas profundas;
i.. Garantizar la responsabilidad ilimitada para las actividades industriales que causen daños al el medio marino;
j.. Proteger los ecosistemas costeros.
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