Yo, buscador de la puerta
que anunciaba el paraíso,
levanto a veces del piso
mi estatura casi muerta.
Náufrago.
Me desconcierta
la luz que danza en la sombra.
Llego al índice que asombra
la eternidad con su paso,
e imagino que el ocaso,
ya inexorable, me nombra.
Arístides Valdés Guillermo. De Doce apuntes
de un náufrago al inicio del milenio.
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