Recuerdo que mi prima Jessica me contaba que su esposo le decía que ella “echaba” las comas con un salero. Y es que las comas en la lengua española tienen su función específica, y cualquier cambio puede hacer variar el sentido de una frase, como, por ejemplo, en la conclusión de Los intereses creados, célebre comedia de Jacinto Benavente, en la cual una coma cambiaba el resultado de una sentencia de acusatoria en exculpatoria:
Doctor. Mi previsión se anticipa a todo. Bastará con puntuar debidamente algún concepto… Ved aquí: donde dice… “Y resultando que si no declaró…”, basta una coma, y dice: “Y resultando que sí, no declaró…” Y aquí: “Y resultando que no, debe condenársele”, fuera la coma, y dice: “Y resultando que no debe condenársele…”
Crispín.¡Oh, admirable coma! ¡Maravillosa coma! ¡Genio de la Justicia! ¡Oráculo de la Ley! ¡Monstruo de la Jurisprudencia!
coma Del lat. comma, y este del gr. κόμμα, corte, parte de un período).
1. f. Signo ortográfico (,) que sirve para indicar la división de las frases o miembros más cortos de la oración o del período, y que también se emplea en aritmética para separar los enteros de las fracciones decimales. (Diccionario de la lengua española, RAE)
I. En el caso de los vocativos, la coma irá:
a) detrás de este, cuando va al principio de lo que se quiere decir:
“Señor mío, lléguese acá la vuestra merced, si es servido.”
“Ama de Satanás, el sonsacado y el distraído y el llevado por esos andurriales soy yo […]”
b) antes y después, cuando está intercalado dentro de lo que se expresa:
“Dadme vos, señora, que yo alcance la licencia que digo […]”
“¡Ah, don ladrón, que aquí os tengo!”
“En verdad, hermano, que sé más de novelas de caballería que de las Súmulas de Villalpando.“
c) antes, cuando va al final:
“¿Qué mal puede haber en ninguna aldea, ni en todas las ciudades del mundo, que pueda sonarse en menoscabo mío, villano?
“Socarrón sois, Sancho.”
“¿Sabéis por qué, marido?”
II. Cuando existen dos o más partes consecutivas de una misma clase en una oración, se separan con una coma.
a) “[…] y a oír silbos, rugidos, bramidos y baladros; […]”
b) “¿Qué tiene que ver el cascajo, los broches, los refranes y el entorno con lo que yo digo?”
III. A veces esas partes tienen complementos, entonces se considerará que forman un todo al separarse con las comas:
“[…] la mujer honrada, la pierna quebrada y su casa.”
“¡Timbrio aquí, Febo allí, tirador acá, médico acullá, padre de la poesía, inventor de la música!”
“[…] el lugar apacible, la amenidad de los campos, la serenidad de los cielos, el murmurar de las fuentes, la quietud del espíritu, […]”
“[…] hermosa sin tacha, grave sin soberbia, amorosa con honestidad, agradecida por cortés, cortés por bien criada […]”
IV. En el caso de que haya varios miembros de una cláusula independientes entre sí, se separan por coma:
a) “[…] los sauces destilaban maná sabroso, reíanse las fuentes, murmuraban los arroyos, alegrábanse las selvas y enríquecíanse los prados con su venida […]”
b) “[…] sonaron trompetas y clarines, retumbaron tambores, resonaron pífanos […]”
c) “Pasmóse el duque, suspendiese la duquesa, admiróse don Quijote, tembló Sancho Panza, […]”
d) “Yo he satisfecho agravios, enderezado tuertos, castigado insolencias, vencido gigantes y atropellado vestiglos; […]”
V. También se coloca entre comas lo que va a citar, aclarar, indicar, ampliar algo. En esta situación, también pueden ir entre rayas o entre paréntesis.
a) “[…] la lanza, que tenía arrimada a un árbol, era grandísima y gruesa, […]”
b) “[…] y a todo su correr, que era un mediano trote, iba a encontrar a su enemigo; […]”
V. Cuando hay nombres que se encuentran en aposición, se separan con una coma de aquel al que se refiere, generalmente para explicar, comentar u opinar.
a) “Preguntárosle a Julio César, aquel valeroso emperador romano, cual [sic] era la mejor suerte.”
b) “[…] cuando ahogó a Anteo, el hijo de la tierra, entre los brazos.”
c) “[…] soy el gigante Caraculiambo, señor de la ínsula Malindrania, a quien venció […]”
VI. Si se invierte el orden regular de las oraciones de una cláusula, debe ponerse una coma cuando concluye la parte que se anticipa, es decir, la que debía ir al final.
a) “[…] y donde interviene conocerse las personas, tengo para mí, aunque simple y pecador, que no hay encantamento alguno […]”
En el orden regular sería: no hay encantamento alguno donde interviene conocerse las personas […]
VII. Ciertas partículas se separan por comas, una o dos, según el lugar que ocupen y la función que realizan: no obstante, sin embargo, pues, entonces, es decir, o sea, en fin, esto es, etc.
a) “Es, pues, de saber, que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso […]”
b) “[…] gracias doy al cielo por la merced que me hace, pues tan presto me pone ocasiones delante […]”
c) “En fin, la suerte me deparó uno, que diciéndole mi deseo […]”
d) “Esto es, respondió Ambrosio, que muchas veces en él me contó mi desdichado amigo la historia de su desventura […]”
e) “[…] en quien vuestra merced pudiera escoger como entre peras, es decir, este quiero, aqueste no quiero.”
Nota: Los ejemplos se tomaron de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes y Saavedra, insigne escritor y gloria de las letras españolas.
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