José Saramago puso punto y final este fin de semana a su última novela –que como veremos él prefiere llamar ‘cuento largo’– titulada El viaje del elefante. La historia se basa en una peripecia histórica del siglo XVI, el viaje del elefante salomón (al parecer se escribe así, sin mayúscula) y su comitiva desde Lisboa a Viena. Es difícil, sin embargo, no establecer el paralelismo con el propio y azaroso viaje existencial que ha experimentado Saramago este último año, escribiendo entre ingresos hospitalarios debidos a sus graves problemas de salud.
La novela aparecerá simultáneamente en portugués, español y catalán este otoño. Sin embargo un extracto está disponible en internet junto a una presentación de la esposa de Saramago, la traductora Pilar del Río. Lo define como un libro coral donde los personajes entran, salen y se renuevan de acuerdo con las necesidades narrativas que el autor se impuso y les impuso. Domina también en opinión de Del Río el sentimiento de compasión solidaria junto a otros ingredientes habituales de Saramago: la ironía, el humor y la reflexión sobre la escritura como testimonio/testamento.
.
El extracto parece darnos una buena indicación de cuál es el tono de la obra, una forma de fantástico preñado de cotidianeidad que, si no es insólito en Saramago, tiene aquí un halo mágico que justifica su definición como ‘cuento’. También retorna la particular sintaxis abigarrada del Nobel portugués, poco amiga de los puntos y adicta a las subordinadas, así como su característica voz narrativa, distanciada y un punto neutral.
Esto no cogerá por sorpresa a quién haya leído a Saramago por lo menos una vez, y será recibido con satisfacción por sus lectores veteranos. Es el Saramago de siempre, aunque hay quién apunta que podría ser incluso más. Según Del Río El viaje del elefante es el libro que estábamos esperando los seguidores del autor. La respuesta, a la vuelta del verano.
Paolo Fava
Deja una respuesta