Addiel Contino Gómez, es un niño feliz. Su rostro lo demuestra en cada gesto, en cada acción, en cada frase pronunciada. Y no es para menos. Él es fruto del amor brindado por sus padres Dayi y Ariel, de su hermanito Cristian, del maestro Yunior, de sus amiguitos Exon Manuel, Amanda y el resto del grupo de 4o. grado de la escuela rural La Plata, además del ofrecido por el colectivo y la sociedad, quienes se esfuerzan cada día por brindar el cariño que necesita el infante.
A pesar de convivir con una enfermedad llamada focomelia, que lo privó desde su nacimiento de las extremidades más importantes, entiéndase las manos y los pies, Addiel demuestra en cada sonrisa que no sabe de tristezas.