Hace varios años leí un libro que me cautivó: Donde el corazón te lleve (Va’ dove ti porta il cuore), de la autora italiana Susanna Tamaro, un best seller. Ya había visto la película, que también dejó una honda huella en mí. Entonces copié fragmentos que encontré muy sugestivos y conmovedores, sobre todo el final, que da nombre a la novela. Les recomiendo este libro apasionante a todos los que gustan de buena lectura, verán que no se equivocaron en la elección, por las ideas y los conceptos tan interesantes que los harán meditar y hasta identificarse con las situaciones.
Fragmentos de Donde el corazón te lleve
¿Huérfana? ¿Se dice así cuando muere una abuela? No estoy muy segura. Quizás a los abuelos se los considera tan accesorios que no hace falta un término para especificar su pérdida. De los abuelos no se es ni huérfano ni viudo. Con toda naturalidad se dejan a un costado del camino, así como, por distracción, se abandonan los paraguas.
Mientras el cuerpo no funciona no nos damos cuenta del gran enemigo que puede ser; si se cede en la voluntad de enfrentarlo aunque sea por un solo instante, ya estamos perdidos.
¿Existe acaso algo más terrible que un regreso imposible de llevarse a cabo?
Por haber vivido mucho y haber dejado detrás de mí a tantas personas, ahora sé que los muertos no pesan tanto por su ausencia, sino por aquello que —entre ellos y nosotros— no fue dicho.
Quien pasa indemne a través de la adolescencia, nunca se transformará en una persona de vida adulta.
Por desgracia, no somos seres suspendidos en pompas de jabón, errabundos y felices en el aire; hay un antes y un después en nuestras vidas, y ese antes y después pone trampas a nuestros destinos, se posa entre nosotros como una red sobre la presa. Es cierto, muy cierto: las culpas de los padres caen sobre los hijos, las de los abuelos sobre los nietos, las de los bisabuelos sobre los bisnietos.
Cierta vez, en un libro hindú, leí que el hado posee todo el poder, mientras que el esfuerzo de voluntad es sólo un pretexto. Después de haberlo leído, me sentí invadida por una gran paz interior. Sin embargo, ya al día siguiente pocas páginas más adelante, encontré escrito que el hado no es más que el resultado de las acciones pasadas; somos nosotros, con nuestras manos, quienes forjamos nuestro propio destino.
Los pensamientos de un viejo no tienen futuro, por lo general son tristes y, si no tristes, melancólicos.
Las lágrimas que no salen se depositan en el corazón, con el tiempo lo van recubriendo y paralizando como el sarro recubre y paraliza los engranajes del lavarropas.
La renuncia de uno mismo conduce al desprecio. Del desprecio a la rabia el paso es breve.
No debe creerse que ganar una batalla significa haber ganado la guerra.
Detrás de la máscara de la libertad, a menudo se esconde la despreocupación, el deseo de no ser involucrados.
El amor mal conviene a los perezosos, para existir e su plenitud a veces requiere gestos precisos y fuertes.
La idea del destino es un pensamiento que llega con la edad.
Por desgracia, estamos habituados a considerar la infancia como un período de ceguera, de carencia, no como uno en el que hay más riqueza. […] De una manera natural, los niños tienen en sí mismos un aliento más grande; somos nosotros los adultos, quienes lo hemos perdido y no sabemos aceptarlo.
Después, claro, también fui feliz, pero la felicidad, comparada con la alegría, es como una lamparita eléctrica frente al sol, La felicidad siempre tiene un objeto, se es feliz por algo, es un sentimiento cuya existencia depende del exterior. Pero la alegría no tiene un objeto. Te posee sin ninguna razón aparente, en su ser se parece al sol, arde gracias a la combustión de su mismo corazón.
¿Por qué será que las verdades más elementales resultan las más difíciles de comprender? Si yo hubiera comprendido entonces que la primera cualidad del amor es la fuerza, los hechos probablemente se habrían desarrollado de otra forma. Pero para ser fuerte es necesario amarse a uno mismo, para amarse a uno mismo es necesario conocerse en profundidad, saber todo de uno, incluso las cosas más escondidas, las más difíciles de aceptar.
Así se dan las cosas, en la vida hace falta generosidad: cultivar el propio y pequeño carácter sin ver nada más de lo que nos rodea significa seguir respirando, pero estar muerto.
Hay muchas cosas que provocan dolor al ser pensadas. Luego, al decirlas, provocan una pena mayor.
Es más fácil morir de nada que de dolor; ante el dolor uno puede rebelarse, ante la nada, no.
¿Sabes cuál es el error que se comete siempre? El de creer que la vida es inmutable, que una vez tomada una vía se la debe recorrer hasta el final. Por el contrario, el destino tiene mucha más imaginación que nosotros. Justo cuando crees encontrarte en una situación sin salida, cuando alcanzas el pico de máxima desesperación, todo cambia con la velocidad de una ráfaga de viento, se desordena y, de un momento al otro, te encuentras viviendo una vida nueva.
Lo nuevo, en el primer impacto, da miedo; para poder salir adelante es necesario superar esa sensación de alarma.
A Ernesto lo apasionaba el tema de la predestinación. “En la vida de cada hombre —decía— existe sólo una mujer junto a la cual llega a la unión perfecta y, en la vida de cada mujer, existe un solo hombre junto al cual se completa.” Sin embargo, encontrarse era destino de pocos, de poquísimos. El resto estaba obligado a vivir en un estado de insatisfacción, de nostalgia perpetua. “¿Cuántos encuentros habrá como éste? —decía en la oscuridad del cuarto—. ¿Uno en diez mil, uno en un millón, en diez millones?” Uno en diez millones, sí. Los demás son ajustes, simpatías epidérmicas, transitorias, afinidades físicas o de carácter, convenciones sociales.
Hasta que no te enamoras, mientras tu corazón está libre y tu mirada no pertenece a nadie, de todos los hombres que podrían interesarte ni uno solo te presta atención; luego, en el momento en que te atrae una sola persona y no te importan absolutamente nada los otros, todos te siguen, te dicen palabras dulces, te hacen la corte.
Ni siquiera los amores más grandes, los más absolutos, quedan exentos de dudas en la lejanía.
Mientras caminaba, me repetía la frase de San Agustín en relación con la muerte de su madre: “No nos pongamos tristes por haberla perdido, demos gracias por haberla tenido.”
La comprensión y la superficialidad no pertenecen a los años sino al camino que recorre cada uno. En alguna parte que no recuerdo, leí no hace mucho tiempo, un lema de los indios norteamericanos que decía: “Antes de juzgar a una persona, camina durante tres lunas con sus mocasines.” Me gustó tanto que, para no olvidarlo, lo copié en el anotador ubicado junto al teléfono. Vistas desde el exterior muchas vidas parecen equivocadas, irracionales, locas. Desde afuera es fácil interpretar mal a las personas, a sus relaciones. Sólo desde adentro, sólo caminando tres lunas con sus mocasines, pueden comprenderse las motivaciones, los sentimientos, lo que hace actuar a una persona de una manera en lugar de otra. La comprensión nace de la humildad, no del orgullo del saber.
Cometer errores es natural, irse sin haberlos comprendido empobrece el sentido de una vida.
Encontrar escapatorias cuando no se quiere mirar dentro de uno mismo es lo más fácil del mundo. Una culpa externa existe siempre, es necesario tener mucho coraje para aceptar que la culpa —o, mejor dicho, la responsabilidad— pertenece sólo a nosotros.
Había en él una especie de dureza que a primera vista podía ser rechazante. “Sólo el dolor hace crecer —decía— pero el dolor hay que tomarlo en serio, quien se escabulle o se compadece está destinado a perder.”
Cada vez que te sientas perdida, confusa, piensa en los árboles, recuerda su forma de crecer. Recuerda que al árbol con mucha copa y pocas raíces, el primer golpe de viento lo arranca del suelo mientras que un árbol con muchas raíces y poca copa, la savia corre con esfuerzo. Las raíces y la copa deben crecer en igual medida, debes estar en las cosas y encima de ellas, sólo así podrás ofrecer sombra y refugio, sólo así, en la estación adecuada, podrás cubrirte de flores y frutos.
Y cuando frente a ti se abran muchos caminos y no sepas cuál tomar, no elijas uno al azar, siéntate y espérate. Respira con la profundidad confiada con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin dejarte distraer por nada, espera y vuelve a esperar. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Cuando te hablo, levántate y marcha hacia donde él te lleve.
SOBRE SUSANNA TAMARO (wikipedia)
Estudió cinematografía en Roma y realizó diversos documentales para la RAI.
Susanna comenzó su carrera el año 1989 con la novela La cabeza en las nubes ganadora del premio Elsa Morante. Más tarde en 1991 lanza su segundo trabajo, un libro de relatos titulado Para una voz sola, que la dio a conocer a un público más internacional al ser traducido a diversos idiomas y ser premiada por el Pen Club International. En 1992 lanza su primer libro de cuentos para niños Cuore di ciccia (Corazón de Ciccia), al que le seguirán años posteriores El círculo mágico (1994), Tobías y el ángel (1998) y Papirofobia (2000).
En el año 1994 aparece Donde el corazón te lleve (Va dove ti porti il cuore) , conocida internacionalmente y traducida a más de 35 idiomas, aparte de ser llevada al cine en el año 1996 bajo la dirección de Cristina Comencini. En España, esta obra vendió más de un millón de ejemplares, lo cual le brindó un camino de éxitos internacionales.
Anima mundi (1997), su siguiente obra, también ha logró conquistar los elogios del público y de la crítica internacional. A esta novela hay que añadir otros libros, como la recopilación de artículos Querida Mathilda (1998) o el ensayo El misterio y lo desconocido (1999).
En el año 2001 vuelve a cultivar la narrativa de ficción con el libro de relatos Respóndeme, que obtiene gran repercusión, al igual que Más fuego, más viento (2002), Fuera (2003) y Cada palabra es una semilla, recopilación de varios ensayos de la autora, que se publica en el año 2005.
Escucha mi voz aparece en el año 2007 y se convierte en un fenómeno editorial. Se trata de la segunda parte de su exitosa novela Donde el corazón te lleve.
Obra
· La cabeza entre las nubes (La testa tra le nuvole) (1989)
· Para una voz sola (Per voce sola) (1991)
· Corazón de Ciccia (Cuore di ciccia) (1992)
· El círculo mágico (Il cerchio magico) (1994)
· Donde el corazón te lleve (Va’ dove ti porta il cuore) (1994)
· Anima Mundi (Anima Mundi) (1997)
· Querida Mathilda. Carta a una amiga (Cara Mathilda. Lettere a un’amica) (1997)
· Tobías y el ángel (Tobia e l’angelo) (1998)
· El misterio y lo desconocido (Verso casa) (1999)
· Papirofobia (2000)
· Respóndeme (Respondimi) (2001)
· Más fuego, más viento (Più fuoco più vento) (2002)
· Fuera (Fuori) (2003)
· Cada palabra es una semilla (Ogni parola é un seme) (2005)
· Escucha mi voz (Ascolta la mia voce) (2007)
· Luisito (2008)
Sitio de la autora: http://www.susannatamaro.it/
Leí el libro de Susanna Tamaro Va dove ti porta el cuore en 1994, el año de su publicación. Me gustó muchísimo: me deslumbró. Tuve fuertes discusiones con algunos de mis amigos, quienes descalificaban la obra como «comercial» sin haberla leído y solamente influidos por su tremendo éxito. Supe entonces -y lo dije en público- que no siempre es bueno ir a donde nos lleve el corazón, si tenemos el corazón enceguecido por los prejuicios o parapetado detrás de temores irracionales. Sigo creyendo que el libro de Tamaro es un testimonio humano conmovedor, escrito en un lenguaje sencillo y hermoso. Gracias por tu artículo, Amparo, y abrazos. Carlos.
Amaparo;
Me alegra muchoq ue hagas estos resúmens de libros. Por ejemplo me has acercado a este que no conocía. Soy un lector voraz, aunque no tengo demasiado tiempo, pero siempre encuentro un hueco para hacerlo. Las lecturas son siempre una reescritura, un hurgar en uno mismo. En los últimos tiempos me he leído mucho a Vargas LLosa, a Toni Morrison (y sus célebres realtos sobre el sur de EStados Unidos) y a Vargas LLosa. No s´ñe cuando a este último le vabna adar el Nobel. Para mi es el mejor escritor vivo en el idioma español. También he leído mucho a Saramago, que es capaz de sacar una noivela de un tema aparentemente trivial, Creoq ue leyéndolos a ellos mne he atravido a hacer unos cuentos y hasta gané un premio por ahí, pero es en le realidad donde he hellado mis mejores novelas. Ahora mismo estoy terminando En el cielo con diamantes de Senel Paz. Prometoq ue buscaré este liro que dices. Gracias por habérmelo dado aconocer
reinaldo
He leído hace poco «Donde el corazón te lleve» y me ha conmovido mucho, he pensado mucho en la vida de mi madre y en mi propio nacimiento. No juzgar ese tal vez sería un buen mandamiento.
Gabriela, ese libro me marcó mucho, creo que tenemos algo en común al respecto. Saludos
Me encanto mucho este libro, y quisiera saber cual es el nombre de la pelicula que dices? gracias 🙂
Alexa, la película se llama igual, pero como es italiana es «Va’ dove ti porta il cuore». Me gustó mucho también. Saludos
Lei este hermoso libro cuando tenia solo 17 anos y reconozco que le dio un giro totalmente diferente a mi vida. hoy tengo 43 y no olvido todo lo que transmitio a mi alma
Nileikdys, ese libro le da un giro a cualquier vida. Gracias por su comentario. Saludos cordiales