Richard Egües, una de las figuras más importantes del arte en Cuba, famoso flautista y compositor de la Isla, nació el 26 de octubre de 1924, en Santa Clara y falleció el 1 de septiembre de 2006.
Una de las últimas fotos de Richard Egües. Foto: Jorge Valiente
«Lo de la flauta, casi fue un milagro», dice. Busca en los vericuetos de la memoria razones que, al parecer, solo una voluntad tesonera puede explicar. Sin dudas hay mucho más. Las raíces de su talento magistral recibieron la fuente nutricia de una formación sólida, crecida a partir de la estirpe familiar.
A ratos, el silencio cubre precisiones de fechas y lugares. Busca ayuda en su hija Gladys, inspiradora de uno de sus éxitos más rotundos. Richard Egües supera cualquier malestar cuando la música, que lo ilumina, convoca.
Habla despacio, ya sin los bríos de la flauta mágica en el ágil movimiento de labios y dedos. Disfruta instantes memorables asentados en su historia artística de la que forman parte la emblemática orquesta Aragón, sus alumnos repartidos en países distantes de la Isla y la emoción en el baile de generaciones diferentes.
«No, no nací con una flauta debajo del brazo como piensan. Tocaba piano, clarinete, saxofón y un poco de bajo. Todo lo aprendí con mi padre, que era director de banda y de orquesta en Santa Clara.
Me di cuenta de que la flauta hacía falta. Eso bastó para que me empeñara en aprenderla. Nada de secretos; sobre eso indagan los instrumentistas más jóvenes. Incluso Maraca, un músico valioso, reconocido. Y les digo: estudio, perseverancia; perseverancia y estudio. Al derecho y al revés, como quieras.
«Cuando iba a tocar, preguntaba: ¿de qué voy? El instrumento dependía de la necesidad de la orquesta. En la Aragón le hice suplencia a Efraín Loyola, siempre en la flauta. Nunca quise ocupar ese lugar. Él era mi amigo, igual que su hijo José, flautista y compositor, en la actualidad vicepresidente primero de la UNEAC.
«En realidad no me interesaba irme de Santa Clara. Accedí a venir para La Habana por insistencia de otro de mis amigos: Rafael Lay, director de Aragón. Además éramos compadres.
A la orquesta Aragón le dedicó tres decenios de su ejemplar vida artística. En la foto, a la extrema izquierda, tocando la flauta. Foto: Archivo de Bohemia
«La Aragón surgió como una orquesta de cámara con percusión y otros elementos. Cuando llegó a la capital en la década del cincuenta, los músicos destacados de entonces quedaron sorprendidos ante la calidad y la innovación de aquella gran familia. Allí nadie era estrella, quiero decir virtuoso individual. Preferíamos músicos con amor y dedicación hacia el arte. La armonía garantizaba la estabilidad de la orquesta. Estos principios estuvieron vigentes siempre. Pude disfrutarlos durante los 31 años que formé parte de la orquesta.
«Los bailadores se ponían frenéticos al escuchar el estreno de un nuevo número. Inventaban pasos. Y yo, tranquilo. Es verdad que hacía floreos, improvisaciones con cosas de Mozart y de otros clásicos… Nunca iba más allá de lo necesario. Soy músico, no un alardoso. Rechazo la competencia que a veces se forma en las orquestas. La cuestión no está en brillar más; sino en el estilo, en la sonoridad inconfundible que debe tener cada agrupación.
«Ese principio también lo mantuve en mi orquesta. Estuve enfermo, me operaron ocho o nueve veces. No pude hacer todo el trabajo que quería. Por suerte grabamos varios discos. Aunque apenas se escuchan, quedó registrado el trabajo de la orquesta de Richard Egües. Una charanga que suena a charanga. Parece redundancia y no lo es. Ahora algunas charangas suenan como conjunto. Apenas tocan danzonesy ni pensar en una piececita como La engañadora. El bailador necesita de todo.»
La pasión insomne
Algunas de las ideas que a Richard le quitaron el sueño, dieron origen a más de una canción.
«Eso tampoco fue magia. De nuevo estudio y perseverancia. Tuve varias sorpresas. Algunas personas consideran El bodeguero mi mejor composición. Yo creo que otras la superan. Desde el principio quedó bien armada. De madrugada, sentado en mi cama, hice la música y el texto al unísono. Antes me rondó en la cabeza; pero cuando dije: a escribirla, salió.
Según aseguraba el maestro, la suerte de un número la decide el estribillo. Foto: Archivo de
Bohemia
«Tenía la costumbre de enseñarle todo lo que componía a Lay. Enseguida me dijo: ‘Oye, eso hay que grabarlo rápido’. Terminé El bodeguero en 1955. Fue un regalo por mi cumpleaños. Nací el 26 de octubre de 1924.»
Sonríe. Toma un breve respiro en la vida intensa que lo ha premiado con múltiples satisfacciones.
«¿De dónde nace la inspiración? No sé. De la gente, de lo que me rodea, y emociona. Felicidades Gladyses un homenaje a mi hija.
«La suerte de un número la decide el estribillo. Creo que me especialicé en esa parte tan importante de la pieza. Por lo menos pienso bastante antes de lanzar uno. Llegan como una especie de iluminación de lo que vendrá más tarde. Ojalá siempre logre un buen floreo, una buena canción. Algo que le sirva para disfrutar al bailador, a los músicos, y a los que oyen sin moverse.»
Richard Egües falleció el primer día de septiembre de 2006. Su obra constituye un documento sonoro relevante para la música y la cultura cubanas. Sabrosona, El Cuini, El bodeguero, Felicidades Gladys, y otras páginas clásicas sonarán por siempre junto al maestro de la flauta charanguera, dueño de un estilo de orquestación que caracterizó a este tipo de formato. Al escucharlo, nace la fiesta en grande:
Ponle el cuño, es Richard Egües.
Sahily Tabares
A lo mejor para aquellos que no lo conocieron les parezca un poco extraño que un hombre que nacio sin ninguna aspiracion para tocar la flauta por como tenia los labios (Gruesos), pudiese hacerla hasta llorar. Desde aqui un gran homenaje a la memoria de el Gran Richard Egües, sin su musica, no existiria una orquesta Aragon. Homenaje ademas a quien fuera su mejor amigo y compadre, Rafael Lay (Padre), quien deposito toda su confianza en el.
Si alguien quisiera saber algo mas sobre Richard Egües, creo que debieran consultar con Guillermo Piñeyro, amigo y mas que amigo, un hijo propiamente nombrado por Egües.
Me gusta mucho la música de Richard Egües….gracias por la información pero sugiero verifique el año de nacimiento…
Gracias.
Gracias, Leidis, por tu observción, ya lo corregí, parece que con la premura no me di cuenta de la equivocación, aunque el año varía en distintas publicaciones, aparece que nació lo mismo en 1924, 1924 que en 1926. Saludos