Elsa Orgueira, mi profesora de Español en la secundaria básica, cambió el rumbo de su vida por su afición al cine. Mayli Estevez y Sadiel Mederos, estudiantes de Periodismo en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, la entrevistaron con motivo del esperado XXV Festival de Invierno del Cine Club Cubanacán, que se celebrará entre el 11 y el 14 de noviembre en Santa Clara:
Para Lidia Elsa Orgueira Martell su tiempo es oro. Ya jubilada, pero aún profesora activa de Psicopatología en Ciencias Médicas, maestra de Terapias Florales, vicepresidenta del Cine Club Cubanacán (CCC), ¡cineasta!… A Elsa le gusta trabajar, hacer siempre algo. Hace 18 años que pertenece al CCC y son tantos los trabajos en los que ha colaborado que no lleva la cuenta. Con la investigación o desde el guión, sus temas preferidos: la historia, la mitología, el sincretismo…
A pocos días de celebrase en nuestra ciudad el XXV Festival de Cine de Invierno, nuestras páginas se acercan a esta realizadora de la localidad para conocer las interioridades de una documentalista y además, organizadora de este encuentro.
—¿Como se planean los trabajos dentro del Cine Club Cubanacán?
—Nosotros realizamos un “taller de guiones”; a inicios o a mediados de año, todos presentamos nuestros proyectos para debatirlos y para que se sepa en qué dirección se está trabajando. Luego se procede a la filmación. Los trabajos que van a competir no pueden presentar ni los más mínimos errores, por ejemplo, yo tengo realizado un documental sobre Elegguá y los mitos afrocubanos, que tiene algunas imprecisiones en el audio, y mientras estos problemas no se eliminen no puede entrar en concurso. La exquisitez de los trabajos en competencia, cada año aumenta, debido a la madurez y profesionalidad de los asociados.
—Y a propósito del tema, ¿qué materiales tiene usted en competencia para esta edición del Festival? ¿Futuros proyectos?
—Mi trabajo fundamental no es con la imagen directamente, sino con la investigación o el guión. No llevo la cuenta de los materiales con los que he colaborado, pero recuerdo, por ejemplo, uno de ficción: Viaje de ida y vuelta, que obtuvo el segundo premio nacional en su categoría. He hecho varios documentales… sobre Lorca, la Biblioteca Provincial «José Martí», la Torre de Manaca Iznaga, sobre las pirámides… Siempre me ha gustado mucho la historia, y además de la ficción, me gusta abordarla en mis trabajos.
En estos momentos tengo un documental sobre Rolando Rodríguez Fremes, quien fue director en tres ocasiones de la CMHW, y es una coproducción con Telecubanacán.
«Este año, además, participaré con una ponencia llamada “Eslinda en Lucía”, aprovechando que este Festival estará dedicado a los 40 años de una de las películas latinoamericanas más importantes de todos los tiempos.»
—¿Y cuáles serían las mayores dificultades que enfrenta un afiliado al Cine Club para materializar sus proyectos?
—Una de las mayores dificultades que tenemos en este momento es la cámara… La que teníamos se rompió y ahora no tenemos con qué filmar. Hemos contado con la colaboración de la Embajada China y de la UNESCO; sin embargo, en estos momentos dependemos de los medios de los propios integrantes del Cine Club. Otra dificultad que tenemos es la edición, a veces Telecubanacán puede colaborar con nosotros; pero en realidad pasamos mucho trabajo. También referente a los cursos (edición, documental), no existe la coordinación necesaria a la hora de informar a los interesados y esto provoca vacíos dentro de la preparación profesional de los aficionados. No obstante, aún así es realmente gratificante ver tu obra en el Festival; aunque a veces no ganes, pero te enriqueces con los debates y aprendes mucho, te sientes en familia.
—¿Se deja absorber completamente por el trabajo cinematográfico o comparte sus aficiones con otras labores?
—En realidad, las funciones de este trabajo de producción de documentales, más mi labor profesional como psicóloga, me toma todo el tiempo. O sea, que los documentales no lo son todo en mi vida, todo está bien repartido. También es importante el hecho de que mi esposo comparta mi pasión por el séptimo arte. Ambos hemos realizado trabajos sobre el patrimonio santaclareño, específicamente en el cementerio de la ciudad, y nos ha ido muy bien juntos. Ambos tenemos esa ventaja.
—Usted utiliza las técnicas de la entrevista y la crónica para realizar sus documentales sobre sincretismo, patrimonio y la historia local, pero ¿qué otras temáticas le interesaría trabajar a Elsa Orgueira?
—La ficción y el suspenso. Son géneros que me atrapan. Tengo elaborada una serie de entrevistas a unos gemelos y la comunicación extraterrestre. Uno de los impulsores de estas temáticas, debido a su pobre tratamiento, fue nuestro antiguo presidente Miguel Secades, quien creó documentales sobre los ovnis. Me gusta el tema, estoy convencida de que los terrícolas no estamos solos en este universo.
—¿Algún patrón a seguir dentro de la cinematografía nacional o mundial?
—Realmente muchos, Humberto Solás siempre es un referente, pero quien en verdad me impresiona es Charles Chaplin, en especial con su Candilejas. Lo bien hilvanadas que están sus ideas, su humorismo, su ironía visual. Es un maestro. Aprendemos mucho de él.
—Luego de tantos años entregados al Cine Club Cubanacán y a la realización de cortos o documentales, ¿aún siente el entusiasmo y las emociones de los primeros días?
—Secades, nuestro antiguo presidente, nos enseñó a fortalecer un sentido de pertenencia, a estar atentos y responder a cualquier situación que se nos presente, a ser sumamente responsables; pero sobre todas las cosas, a amar y respetar lo que hacemos. Y desde que empecé, he colaborado con muchísimas producciones, al tiempo me eligieron como vicepresidenta y desde entonces me mantengo como tal. Fiel a mis aficiones, a mis realizaciones y al público que sigue el Festival de Invierno del Cine Club Cubanacán.
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