Sin lugar a duda, la errata ha existido desde que existe el texto escrito, y son muchísimos los editores que extienden el concepto de errata incluso fuera del campo del llamado texto impreso, exactamente hasta el terreno de los manuscritos.
Pero lo que no puede resultar normal es que la cifra de erratas en los textos publicados contemporáneamente desborde los límites de lo aceptable.
En los últimos años, el aumento de casas editoriales y la aparición de nuevas publicaciones periódicas ha favorecido un auge editorial que se manifiesta, en primer lugar, en el incremento más que significativo de la cantidad de opciones nacionales en formato de libros y revistas; pero que, en segundo lugar, se está haciendo patente tanto con todo lo que de bueno y positivo el fenómeno puede traer aparejado, como con mucho de lo negativo que también puede implicar.
Una de las problemáticas más sistemáticamente advertidas por los autores, editores y lectores es la de las erratas, hoy en demasía alarmante en muchas de las producciones que llegan a nuestras manos.
En el presente artículo, y de la manera más condensada posible, presentamos un listado de erratas tomadas al azar, procedentes de distintas fuentes que han sido publicadas en el breve lapso de los últimos cinco años [han pasado 5 años desde su publicación], con lo cual quisiéramos lograr los objetivos siguientes:
a) llamar la atención de los editores por medio de una demostración brevísima del fenómeno;
b) apreciar cómo en muchos casos la errata puede alterar notablemente el sentido de lo expresado o escrito;
c) demostrar que la errata es un fenómeno que no respeta editoriales prestigiosas ni de larga experiencia; y d) procurar que esta alerta consiga mover en direcciones positivas la labor editorial nacional, en busca siempre de la mayor calidad y competitividad del libro cubano.
Vale apuntar que si bien han sido revisados varios textos, tres de ellos constituyen verdaderos ejemplos de la proliferación de las erratas en el mundo editorial cubano:
1) El libro La voz del silencio, de Ana Cabrera Vivanco, publicado por la Editorial de Ciencias Sociales. Errores ortográficos —fundamentalmente de acentuación—, uso incorrecto de signos de puntuación, erratas tipográficas, etcétera, completarían un listado de más de 40, en sus 143 páginas.
Mucho más lamentable, tratándose, como se trata, de un texto biográfico sobre la poetisa cubana Dulce María Loynaz, Premio Cervantes y miembro de la Academia
Cubana de la Lengua.
2) También de Ciencias Sociales, La secretaria de la República, de Pedro Prada, constituye una muestra deficiente de corrección y de edición. Llama la atención que ambos procesos editoriales, en estos dos libros, fueron realizados por una sola persona. ¿Acaso una peligrosa tendencia nueva en el trabajo de las editoriales?
3) El título Malena es un nombre de tango, de Almudena Grandes, editado por Arte y Literatura.
De estas tres fuentes procede el grueso de los ejemplos, pero otros casos han sido encontrados, como podrán advertir, en otras publicaciones. Del total encontrado, relacionamos únicamente las erratas más representativas, en la relación siguiente.
Número 1
En ANA CABRERA VIVANCO: La voz del silencio, p. 18, Editorial Ciencias
Sociales, La Habana, 2000.
Dice: esta etapa de su vida seria definitoria
Debe decir: esta etapa de su vida sería definitoria
Observación: Se trata de una errata provocada por un error de acentuación, que dificulta la comprensión de la idea, pues «sería» es una forma verbal y «seria», un adjetivo que calificaría a «su vida».
Número 2
En PEDRO PRADA: La secretaria de la República, p. 124, Editorial de
Ciencias Sociales, La Habana, 2001.
Dice: Al verlo caminar, tiran las ropas y los papeles para todas partes, cualquiera hubiera pensado que estaba loco o que era un desordenado…
Debe decir: Al verlo caminar, tirar las ropas y los papeles para todas partes, cualquiera hubiera pensado que estaba loco o que era un desordenado…
Observaciones: El cambio del infinitivo «tirar» por la forma verbal «tiran» (tercera persona del presente del indicativo), afecta la comprensión de la idea. Se refiere a rasgos de la personalidad de Eduardo René Chibás: su manera de caminar, cómo tiraba las ropas, los papeles. De una primera lectura, podría entenderse que terceras personas son los que realizan la acción de tirar la ropa, etc.
Número 3
En La secretaria de la República, p.137.
Dice: Entonces vieron a través del cristal que saltó el micrófono…
Debe decir: Entonces vieron a través del cristal que soltó el micrófono…
Observaciones: El fragmento se refiere a los momentos previos a la inmolación de Eduardo Chibás cuando realizaba su acostumbrado programa radial. El líder ortodoxo soltó el micrófono y —detalla posteriormente el texto— «como que metió la mano derecha buscando algo en el cinto y ahí mismo sonó el disparo».
Número 4
En ALMUDENA GRANDES: Malena es un nombre de tango, p. 372, Editorial Arte y Literatura, La Habana, 2001.
Dice: …intenté imaginármelo, imaginar su vida, cómo iría vestido, dónde trabajaría, que moto conduciría, cómo fallaría con su mujer…
Debe decir: …intenté imaginármelo, imaginar su vida, cómo iría vestido, dónde trabajaría, qué moto conduciría, cómo follaría con su mujer…
Observaciones: En este fragmento se aprecian dos erratas: la primera, la no acentuación del pronombre interrogativo «qué», y la segunda, el cambio del verbo «follar» por «fallar». No tiene ningún sentido la frase «cómo fallaría con su mujer»,
pues en realidad trata de imaginar la manera en que dicho personaje haría el amor con su esposa; es decir, «follaría». En Cuba este término no se emplea, pero sí en España. Es una forma del verbo «follar», que en el Diccionario de la Real Academia
de la Lengua se define como término vulgar que significa «practicar el coito».
Número 5
En Malena es un nombre de tango, p. 343.
Dice: …convencí a Santiago para que me dibujara media docena de pianos, les expliqué exactamente lo que quería, compré los materiales…
Debe decir: …convencí a Santiago para que me dibujara media docena de planos, les expliqué exactamente los que quería, compré los materiales…
Observaciones: En el contexto en el que aparece esta frase queda evidenciado que se trata de una errata, al trocarse el sustantivo planos por pianos. Está relacionado con la construcción de un apartamento, por tanto, lo correcto es «media docena de planos».
Número 6
En La voz del silencio, p. 21.
Dice: Llegue hasta a pensar…
Debe decir: Llegué hasta a pensar…
Observaciones: Son las impresiones de la poetisa sobre la muerte de su hermana menor. Por tanto, lo correcto es emplear el pretérito del modo indicativo, primera persona.
Número 7
En La voz del silencio, p. 24.
Dice: y se miro en el espejo
Debe decir: y se miró en el espejo
Número 8
En La voz del silencio, p. 27.
Dice: A mis hermanos no, a ellos no les afecto nada, eran todavía niños…
Debe decir: A mis hermanos no, a ellos no les afectó nada, eran todavía niños…
Observaciones: En este caso se trata de las reflexiones de Dulce María acerca de las consecuencias del divorcio de sus padres.
Por tanto, lo correcto es «no les afectó» (la separación).
Número 9
En La voz del silencio, p. 30.
Dice: Ambos regalos los recordara siempre Dulce María…
Debe decir: Ambos regalos los recordará siempre Dulce María…
Número 10
En La voz del silencio, p. 29.
Dice: ¿Qué pensara de ellos este señor?
Debe decir: ¿Qué pensará de ellos este señor?
Número 11
En Malena es un nombre de tango, p. 293.
Dice: sembrar las aceras de señales de trafico
Debe decir: sembrar las aceras de señales de tráfico
Número 12
En Malena es un nombre de tango, p. 325.
Dice: ya esta bien ¿no?
Debe decir: ya está bien ¿no?
Número 13
En Malena es un nombre de tango, p. 349.
Dice: pero él nunca reparo en la posibilidad
Debe decir: pero él nunca reparó en la posibilidad
Número 14
En Malena es un nombre de tango, p. 482.
Dice: ¿Sí? —pregunté atonita
Debe decir: ¿Sí? —pregunté atónita
Número 15
En Malena es un nombre de tango, p. 516.
Dice: Eso es más dificil
Debe decir: Eso es más difícil
Como puede advertirse, hasta aquí hemos reproducido muchos ejemplos en los cuales la errata es de carácter ortográfico y está relacionada con la acentuación, y otros en los cuales un cambio de letra altera el significado de la palabra y constituye una errata de tipo tipográfica. Pero hay casos en que el cambio de letra deja de ser un fenómeno tipográfico para convertirse en ortográfico, por ejemplo cuando hay parónimos de por medio, o cuando se trata de conjugaciones del verbo auxiliar haber y del verbo hallar, como en los respectivos ejemplos siguientes:
Número 16
En LUIS CABRERA DELGADO: Vino tinto y perejil, p. 56, Ediciones
Capiro, Santa Clara, 2000.
Dice: zanahoria rayada
Debe decir: zanahoria rallada
Observación: Esta errata ha alterado por completo el significado real de lo expresado, pues en lugar de comprenderse que se trata de zanahoria reducida a partículas finas con vistas a la preparación de un plato de cocina, se ha dado a entender que se trata de zanahoria con la apariencia exterior de rayas.
Aun cuando el lector, en la rápida recepción del significado durante la lectura deprisa, haya comprendido el significado de lo expresado, el error actúa en dirección negativa en cuanto al valor formativo que dicho pasaje pueda tener, mucho más cuando se trata de un libro dirigido a los niños.
Número 17
En «La voz ilustrada: entrevista realizada a Antonio Eligio (Tonel), a finales del siglo pasado», Dédalo: Revista de Arte y Lite-ratura, (0): [32]; Asociación Hermanos Saíz, La Habana, 2001.
Dice: Un error que no hallas podido rectificar.
Debe decir: Un error que no hayas podido rectificar
Observación: Error ortográfico en un verbo auxiliar, que en este caso origina una palabra con otro sentido: conjugación del verbo «hallar»: encontrar.
En otros casos, se reiteran los errores en el uso de la conjunción adversativa «mas» y el adverbio de cantidad «más». Como ejemplos, valgan los que relacionamos a continuación:
Número 18
En La voz del silencio, p. 24.
Dice: soy mas fuerte que el ciclón…
Debe decir: soy más fuerte que el ciclón…
Número 19
En La voz del silencio, p. 25.
Dice: la voluntad de Pablo mas fuerte que la mía…
Debe decir: la voluntad de Pablo más fuerte que la mía…
Número 20
En La voz del silencio, p. 45.
Dice: Cuando sus piernas no le acompañaron mas, Josefina cuido de…
Debe decir: Cuando sus piernas no le acompañaron más,
Josefina cuidó de…
Observaciones: Aquí, además del cambio de más/mas, se omite el acento del verbo cuidó (primera persona del singular, pretérito del indicativo).
Otras erratas detectadas guardan relación con los anglicismos.
Atiéndase a los ejemplos siguientes:
Número 21
En Noam Chomsky en La Jornada (recopilación de artículos),
p. 97, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2002.
Dice: la ampliación del fast crack
Debe decir: la ampliación del fast track
Número 22
En Noam Chomsky en La Jornada, p. 98.
Dice: no vemos todavía la relación con el fast crack
Debe decir: no vemos todavía la relación con el fast track
Observaciones: Debió escribirse «fast track» para referirse a un procedimiento abreviado que limita el debate sobre el tema en cuestión en el Congreso (de los Estados Unidos) y amplía las posibilidades del presidente (Bill Clinton, en este caso) para realizar las negociaciones.
Cambios de fechas han estado presentes también entre los fenómenos detectados:
Número 23
En La secretaria de la República, p. 159.
Dice: Esta alusión Conchita Fernández también la hizo en la entrevista que le concedió al periodista Roberto González Quesada. «No murió el último espartano», en Vanguardia, Santa Clara, 11 de noviembre de 1907, pp. 4-5.
Observaciones: Aunque en el archivo del periódico Vanguardia no ha podido encontrarse el trabajo al que se hace alusión, el año de publicación no puede ser 1907, pues este periódico se fundó en 1962. Precisamente en el año 1907 nació Eduardo René Chibás (1907-1951), a quien se refiere Conchita Fernández en la entrevista citada.
Número 24
En La secretaria de la República, p. 331.
Dice: Vasconcelos Maragliano, Ramón (1989-1965):
Debe decir: Vasconcelos Maragliano, Ramón (1889-1965):
Observaciones: Se trata de un connotado periodista cubano de la primera mitad del siglo XX. Su fecha de nacimiento no puede ubicarse en 1989.
Errores de puntuación, entre ellos, la falta de coma para separar el vocativo, se han podido encontrar en varios momentos de la revisión:
Número 25
En La secretaria de la República, p. 130.
Dice: Esto refresca Conchita, esto refresca
Debe decir: Esto refresca, Conchita, esto refresca
Número 26
En La voz del silencio, p. 22.
Dice: prepárate Enrique
Debe decir: prepárate, Enrique
También suele aparecer la conjunción «si», cuando debió utilizarse el adverbio afirmativo «sí», para reforzar la afirmación que luego se expresa. Así sucede en los casos siguientes:
Número 27
En La voz del silencio, p. 29.
Dice: «Si, papá Dulce es poetisa.»
Debe decir: «Sí, papá, Dulce es poetisa.»
Número 28
En Malena es un nombre de tango, p. 362, Editorial Arte y Literatura, La Habana, 2001.
Dice: …¿no te acuerdas? —Si, me acuerdo
Debe decir: …¿no te acuerdas? —Sí, me acuerdo
Ejemplos de erratas relacionadas con la acentuación de los adverbios interrogativos «cómo» y «dónde»:
Número 29
En La voz del silencio, p. 44.
Dice: conozco como eran…
Debe decir: conozco cómo eran…
Número 30
En La voz del silencio, p. 52.
Dice: no puedo precisar como ocurrió
Debe decir: no puedo precisar cómo ocurrió
Número 31
En La voz del silencio, p. 72.
Dice: tierra que sabe como arder bajo su piel y deshielar su añoranza…
Debe decir: tierra que sabe cómo arder bajo su piel y deshielar su añoranza…
Número 32
En La voz del silencio, p. 96.
Dice: sabe muy bien como hacerse respetar…
Debe decir: sabe muy bien cómo hacerse respetar…
Número 33
En Malena es un nombre de tango, p. 483.
Dice: ¿Como pudiste hacerle eso a la pobre chica?
Debe decir: ¿Cómo pudiste hacerle eso a la pobre chica?
Número 34
En La voz del silencio, p. 44.
Dice: vagando no se por donde
Debe decir: vagando no sé por dónde
Observaciones: También se omite el acento de «sé», imprescindible, pues se trata de una forma verbal del verbo «ser».
Número 35
En La voz del silencio, p. 46.
Dice: que sepan donde estuvo
Debe decir: que sepan dónde estuvo
Erratas relacionadas con la acentuación del pronombre interrogativo «qué»:
Número 36
En La voz del silencio, p. 27.
Dice: no sabe que hacer para…
Debe decir: no sabe qué hacer para…
Número 37
En La voz del silencio, p. 68.
Dice: no podría siquiera definir de que lado queda ahora el corazón
Debe decir: no podría siquiera definir de qué lado queda ahora el corazón
Observaciones: En ambos casos «qué» es un pronombre interrogativo, por lo cual lleva acento prosódico y ortográfico.
Erratas de naturaleza ortográfica, relacionadas con la acentuación de los pronombres personales:
Número 38
En La voz del silencio, p. 61.
Dice: Naturalmente, el sabía…
Debe decir: Naturalmente, él sabía…
Número 39
En La voz del silencio, p. 61.
Dice: El no se cansa de leerlo
Debe decir: Él no se cansa de leerlo
Otras erratas, que hemos catalogado dentro de las tipográficas:
Número 40
En La voz del silencio, p. 26.
Dice: Aemás
Debe decir: Además
Número 41
En La voz del silencio, p. 97.
Dice: alarmdos
Debe decir: alarmados
Número 42
En FÉLIX JULIO ALFONSO LÓPEZ: «El (otro) Martí de Lezama», Unión: Revista de Literatura y Arte, nueva época, XII (44): 19; Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, La Habana, jul.-dic., 2001.
Dice: (en el cabezal del artículo): FÉLIXJ ULIO ALFONSO
Debe decir: FÉLIX JULIO ALFONSO
Observación: Error ortográfico-tipográfico.
Número 43
En La secretaria de la República, p. 121.
Dice: dejaba tremendo regrero
Debe decir: dejaba tremendo reguero
Número 44
En La secretaria de la República, p. 121.
Dice: Una vez me regaló quinientos pesos para que le compara medicinas
Debe decir: Una vez me regaló quinientos pesos para que le comprara medicinas
Número 45
En La secretaria de la República, p. 137.
Dice: otros oportunidades
Debe decir: otras oportunidades
Número 46
En La secretaria de la República, p. 150.
Dice: puessegún
Debe decir: pues según
Número 47
En La secretaria de la República, p. 169.
Dice: se hechó para atrás
Debe decir: se echó para atrás
No pretendemos hacer llegar la relación hasta la número 50. Consideramos que estos ejemplos resultan suficientes. Si con esta modesta contribución lográramos avanzar en la dirección de una futura calidad superior para nuestras obras publicadas, este ejercicio de localización y descripción de erratas habrá cumplido su cometido.
Rayma Elena Hernández García
Fuente: ISLAS, 45(138):47-59; Santa Clara, octubre-diciembre, 2003
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