Cuando todavía no ha arribado a su primer tercio, la Serie Nacional 48 registra cosas interesantes, posiblemente inéditas en nuestros torneos beisboleros: la detención de un partido por neblina; dos hombres con el número 10 en el equipo Industriales: Rudy Reyes (jugador) y Omar Linares (entrenador de bateo), y un desafío sellado ¡por problemas estomacales!
Demasiado jugo de naranja consumieron los Gallos espirituanos durante las últimas cuatro temporadas en el «Sandino». No perdían aquí una subserie desde la campaña del 2004-2005.
Pero esta vez, el reaparecido Eduardo Martín «cambió naranja dulce por agria» y estuvo a punto de limpiar completo a los del Yayabo.
Si esto no ocurrió, fue por la insólita decisión de sellar en el quinto episodio el partido dominical, que se había ido de un solo lado (9-1 a favor de Villa Clara) y ya resultaba válido.
Pocas veces ha sucedido que con un equipo logre remontar tamaña diferencia. A no ser que alguien confíe extremadamente en el médico chino, ¿qué atracción encontrará la afición espirituana al reanudarse en sus predios este choque desproporcionado?
La decisión afecta al colectivo anaranjado, que cuando en enero próximo devuelva la visita, tendrá un exigente calendario al desarrollar en seis días ocho enfrentamientos con Cienfuegos (sellaron uno por lluvia) y Sancti Spíritus.
Por otro lado, debió tomarse en cuenta también la cadena de diez éxitos consecutivos que en ese momento tenía el elenco de casa.
Ocurrió, además, algo injustificable: tras detenerse el juego, apareció el síndrome que se ha puesto de moda en las autoridades del principal pasatiempo nacional: el silencio.
Ninguna de las tantas personas que se mueven alrededor de nuestro gran espectáculo deportivo, ofreció una explicación pública de lo que estaba sucediendo cuando los espirituanos abandonaban el terreno y Eduardo Martín protestaba.
Una comunicación por el audio local hubiera satisfecho la curiosidad de aquellos que poco tiempo antes esperaron durante ¡1 hora y 45 minutos! por la reanudación de este partido, que ojalá no siente un mal precedente.
EL CLÁSICO ORIENTAL
Luego de haber doblegado en un par de ocasiones a Guantánamo —sellaron el jueves, con empate a 11 por oscuridad—, este fin de semana la invicta tropa de Martín Saura (12 y 0) enfrenta al campeón Santiago de Cuba en el clásico beisbolero del apartado oriental.
El tope, además de la expectativa por ver si los nuestros conservan su racha de éxitos en línea, tiene otro aliciente: la posible victoria 100 a costa de la selección indómita en series nacionales.
Sin contar el resultado de anoche, Villa Clara acumula 99 ganados y 119 perdidos en los 218 compromisos que ambas novenas han dirimido entre sí.
¡MARTÍN CUATROCIENTOS!
Así podrán llamarle de ahora en adelante a Eduardo Martín Saura, quien con el triunfo sobre Guantánamo el pasado martes se convirtió en el primer timonel que experimenta 400 satisfacciones al mando de los anaranjados.
La cifra representa poco más de un tercio de las mil 380 victorias computadas por el equipo de casa desde que disfrutaron por primera vez esa alegría frente a Ciego de Ávila, hace hoy 31 años.
Al redondear las cuatro centenas de juegos ganados, el Gigante Isabelino había sufrido 214 descalabros en sus 12 campeonatos al mando de los villaclareños.
SÍGALO, SÍGALO, SÍGALO…
A punto está el inicialista Ariel Borrero de ingresar en el grupo de los que han largado 100 pelotas más allá de las cercas. Va por 97 cuatriesquinazos. Tres más y será miembro del club que inauguró Armando Capiró el 16 de marzo de 1977.
Osvaldo Rojas Garay
Deja una respuesta