Esta vez Zenia Regalado, de Entra a Cuba y Conócela, me ha otorgado el Premio Amistad, que a su vez recibió de Cuba Ala Décima. Gracias, amiga. Y como procede de un promotor de poesía, y que como dice ella: viene de un blog en el que confluyen poetas de diferentes generaciones, quienes, quijotescamente, bajo un árbol y junto a una biblioteca con nombre ilustre, Tina Modotti, dibujan el mundo desde sus más íntimas miradas”, yo se lo trasladaré a mis blogs amigos que también difunden la poesía, y al de una periodista y poetisa de Santa Clara. Los premiados deben hacer lo mismo. Ellos son:
El Rincón de Susu (Susana Hoggan, Argentina)
ISLAMIA (Norelys Morales, Cuba)
La décima es un árbol (Mariana Pérez, Cuba)
La Rana Dorada (Carlos Vidales, Suecia)
Nos Topamos Con… (Gabriel Ruiz, Colombia)
Palabra Visual (María José Mures, España)
Poesías, Poemas, Versos y Rimas de Rubén Sada (Argentina)
Te Propongo (K_nelita, Argentina)
Para mì, que sí conozco -fugazmente- a Amparo Ballester, y no tengo el gusto de decir lo mismo de Zenia Regalado, creo que la falsa modestia de mi amiga villaclareña no desmerecerá el acierto de la señora Zenia, ambas tan atentas al acontecer literario y, si se me apura -que sí se me apura-, líderes de la inquietud poética de la Isla Grande, separadas por La Habana guapa y gallarda, separadas por el Morro altivo y sí unidas por el pensamiento martiniano, cuna de inigualables valores. Ya lo decía don José: «A las poesías del alma nadie podrá cortar las alas».
A ambas, mis respetos, mis felicitaciones y mi agradecimiernto por haber logrado que mi «alma se humanizara», cuando creí que ya no la tenía…
Eugenio
En tiempos de las linotipias periodísticas se decía que las erratas –no errores–, se debían al famoso «duende» que deambulada por los talleres de los periódicos.
En este caso no ha sido así, sino que yo «metí el zueco», como se dice en mi ancestral Galicia, y antepuse a la MODESTIA DE MI AMIGA AMPARO el adjetivo «falsa» (engañosa, fingida, simulada, etc.), cuando, de verdad, quise decir todo lo contrario, pues me consta que Amparo Ballester es una señora de los pies a la cabeza, que sí es una persona humilde y modesta, pero muy lista y preparada. Mi subconsciente me jugó una mala pasada y pido perdón a todo el mundo, sin excepción.
A tí, buena amiga Amparo, te dedico la verdad, la segunda acepción de MODESTIA: «Cualidad de humilde, falto de engreimiento o de vanidad». Esa eres tú, querida filóloga. Eugenio.
Mi querido amigo Eugenio: Sé que lo que pusiste sobre falsa modestia fue producto de un lapsus. De sobra sé que no quisiste decir eso, pero a veces la mente nos juega una mala pasada. Te agradezco mucho tu amistad y esas frases de elogio que no sé si merezco, mi buen Eugenio.