Habiendo llegado al tiempo en que
la penumbra ya no me consuela más
y me apocan los presagios pequeños;
habiendo llegado a este tiempo;
y como las heces del café
abren de pronto ahora para mí
sus redondas bocas amargas;
habiendo llegado a este tiempo;
y perdida ya toda esperanza de
algún merecido ascenso, de
ver el manar sereno de la sombra;
y no poseyendo más que este tiempo;
no poseyendo más, en fin,
que mi memoria de las noches y
su vibrante delicadeza enorme;
no poseyendo más
entre cielo y tierra que
mi memoria, que este tiempo;
decido hacer mi testamento.
Es este:
les dejo
el tiempo, todo el tiempo.
Eliseo Diego, poeta, escritor y ensayista cubano. En su haber fue acreedor al Premio Nacional de Literatura por el conjunto de su obra, el Premio de la Crítica (1988 y 1989), el Doctorado Honoris Causa (Universidad del Valle en Cali, Colombia, 1992), la Distinción Gaspar Melchor de Jovellanos (Federación de Asociaciones Asturianas de Cuba, 1993) y el importante Premio Internacional de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo.
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