Verbiclara nació para la poesía villaclareña, pero después su horizonte se fue ampliando y abrigó también a la figura del Guerrillero Heroico, el Guerrillero de América, Ernesto Guevara de la Serna, el Che, a quien admiro y respeto enormemente. Es ejemplo en América y en el mundo. Este testimonio lo reafirma:
Massimo Camporese, portavoz del movimiento ambientalista Alma Crítica, cuenta sobre su relación con la ciudad de Santa Clara, adonde viene a menudo a renovar su fe en un mundo mejor.
A los quince años yo trabajaba en una fábrica metal-mecánica. Tenía una motoneta muy mala para viajar hasta allí. Todos los días regresaba a pie con la motoneta en andas. Me sentía explotado. Cuando llegaba a mi casa ponía un disco con canciones de todo el mundo dedicadas al Che, en alemán, en italiano. Al escuchar aquellas canciones yo también me sentía un héroe.
De muchacho soñaba con la Revolución, con Fidel. Tenía una cajita de zapatos con huequito. Le había puesto un letrero que decía «CUBA». De vez en vez echaba una monedita para cuando tuviera bastantes comprar un pasaje para acá. Todavía mi mamá se acuerda de eso. A cada rato hace el cuento.
Me faltan unos meses para cumplir cincuenta años, como la Revolución. Nací en octubre del 59. En mi familia todo el mundo quiere a este país. A mi papá le gusta mucho la canción Hasta siempre, Comandante. Le pide a mi esposa que traduzca la letra al italiano.
Cerca de mi ciudad vivía Gino Doné, el italiano que vino con Fidel y Raúl en el «Granma». Falleció hace un año. Yo lo conocí en una fiesta de los partidos de izquierda. Estuve mucho rato sentado con él. Constantemente me contaba cosas de la preparación en México y del «Granma».
Mi esposa es de aquí, de Santa Clara. Yo escogí la plaza del Che para decirle «te quiero». Eso fue en el 1989. Tres años antes yo visité la Argentina. En una terminal de ese país me puse a declamar el poema que Nicolás Guillén le escribió al Guerrillero. Las personas se acercaban a escuchar, yo pienso que se juntaron más de cien. Dondequiera que usted habla del Che, hay una gran atención.