La noticia me la envió ayer mi amigo colombiano Carlos Vidales, a quien le agradezco tantas colaboraciones. Mario Rivero era el seudónimo de Mario Cataño Restrepo. Este artículo pareció el 13 de abril en El Tiempo. Aparece en la antología Y si el amor ya no acompaña, ¿a dónde ir?
El poeta antioqueño Mario Rivero, fallecido este domingo.
El escritor, nacido en Envigado y considerado el pionero de la poesía urbana del país, murió a los 73 años de una afección cardíaca. Su cuerpo será velado desde las 8 a.m. en la Funeraria Gaviria.
Muchas cosas hizo Mario Cataño Restrepo antes de convertirse en Mario Rivero. Sus 73 años de vida le fueron suficientes para, según una reseña de su vida y obra publicada por la Casa de Poesía Silva en su página de internet, desempeñarse como voluntario en la guerra de Corea, cantante de tangos, actor de teatro y vendedor de libros y arte.
Pero fue cuando este envigadeño (Antioquia) se volvió Rivero que se dio permiso para convertirse en uno de los poetas más importantes de Colombia.
Su influencia no fue poca: su libro ‘La balada de las cosas perdidas’ es considerado como uno de los fundamentales del siglo pasado en la literatura colombiana.
En 1972, con sus amigos Aurelio Arturo, Fernando Charry Lara, Giovanni Quessep y Jaime García, decidió crear Golpe de Dados, no solo una de las publicaciones más importantes de poesía en Colombia, sino también un nombre que ha marcado a una generación de creadores. Se publica cada dos meses y antes de morir dejó con los números de este año a punto de impresión.
Sobre esa publicación, en alguna ocasión dijo: «es una cosa delirante. Es un milagro en un país donde la poesía no le importa casi a nadie».
También se le reconoce su aporte a la poesía urbana y no solo por la opinión de muchos de sus colegas sino por los premios recibidos, como el Nacional de Poesía Eduardo Cote Lemus. En el 2001 también recibió la Cruz de Boyacá. Como crítico de artes plásticas ejerció en la Revista Diners y en El Espectador.
Fue también director durante años el programa radial Monitor, de Caracol. Dictó seminarios de poesía en Colombia y en España, especialmente en Sevilla.
La obra poética que deja Rivero es amplia. Su primera obra, ‘Poemas Urbanos’ (1963), causó polémica en su momento porque se refería a hechos cotidianos y populares. Según sus propias palabras, «se abrió una nueva posibilidad de hablar de las puticas, la gasolina y todo lo que pasa en el mundo».
Otras de sus obras son
Vivo todavía (1972)
Baladas (1980)
Los poemas del invierno (1985)
Mis asuntos (1986)
Vuelvo a las calles (1989).
Del amor y su huella (1995)
Los poemas del invierno (1996)
Balada de la gran señora (2004)
«Sin duda, Mario Rivero colocó a la poesía colombiana a la altura de su tiempo, pues en sus palabras se pueden reconocer los gestos de un país carente de misterio. Por eso, los jóvenes poetas de su país lo buscan como a un secreto confesor, para que revise sus primeros intentos y los aconseje», dijo sobre el poeta uno de sus discípulos, el escritor Federico Díaz-Granados, en 2008, durante un homenaje a la revista Golpe de Dados.
Puede encontrar a Carlos Vidales en:
http://losimportunos.wordpress.com/
http://luisvidales.blogspot.com/
http://hem.bredband.net/rivvid/
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