Mi único nieto, Andy, cumple tres añitos ya. Es increíble cómo pasa el tiempo. Parece que fue ayer, como dice la canción, que me embarqué corriendo para Matanzas para conocerlo.
Abel con Andy recién nacido.
Llegué solo a unas horas de haber llegado al mundo, tan gordito, tan lindo. Recordé entonces ese olor tan peculiar de los bebitos. Tan diminuto en mis brazos, tan suavecito, tan riquito.
Pude estar con él sus primeros 16 días (foto) y estuve mucho tiempo viajando allá los sábados para regresar al otro día a Santa Clara, nada fácil. Pero la recompensa era enorme. Creo que su papá, Abel, hasta se puso celoso, qué bobo, son cariños diferentes, pero de igual valor. A los tres los quiero del mismo tamaño: ¡Grande!, como dice Andy:
Mis hijos, Abel y Abdel, con Andy.
Tuvo algunos problemas de salud, pero ni los quiero recordar; ahora está sano y muy feliz. Su carácter es tan afable, siempre alegre, riendo. Me extrañaba tanto que cuando despertaba nunca lloró, como mis hijos, que primero abrían la boca y después los ojos, siempre despertaron llorando. Andy no, abría los ojos y sonreía, y sonríe aún.
Siempre contento. Con Abuela Pella.
Es muy despierto, con muy buena memoria, desde hace tiempo recuerda párrafos de canciones y poesías. Y el baile le fascina, cuestión de herencia por cualquier parte. Y le encanta jugar pelota, lo mismo lanza que batea.
Cuando cumplió su primer añito disfrutó como pocos su fiesta de cumpleaños. Casi siempre están incómodos con la ropa, la cantidad de personas, el bullicio, pero qué va, se deleitó con todo, y no se asustó con aquel payaso que para él era enorme.
Con sus papás.
Le encanta que le tomen fotos, y a raíz de su primera fiesta, cuando le tomaban una foto decía: Cumpleaños feliz.
Los dos años se le celebraron en mi casa; fue una fiesta más pequeña, pero jugó con los niñitos de la cuadra, bailó, cantó de lo lindo. Es muy sociable y simpático, y por eso logra que todos lo quieran y se interesen por él.
Bailando con Karla Sofía, la nieta más pequeña de mi prima Rita.
Con los niños de mi familia de Santa Clara: los hermanitos Linamarys y David, los dos niños que cuidó mi mamá; las gemelas Roxana y Rose Mary, nuestras nietas adoptivas, y sus primitos Diego y Karla Sofía, nietos de mi prima Rita.
No podía faltar la foto familiar. Andy con sus papás, Abel y Yoli; Abdel y Katy, mami (Pella) y yo .
Es la alegría de toda la familia, y por la parte de acá, todos estamos encantados con él: mami, mi hijo menor, Abdel, y Katy, mi nuerita más chiquita.
Con su abuela Moraima.
Con su abuelo Angelito.
Hace poco, en una actividad por la creación de los círculos infantiles en Cuba, participó en el Festival de la Alegría en el círculo Días de la Infancia, pues él es parte del programa Educa a tu hijo, que utiliza las vías no formales para atender a los niños de edad preescolar. Ese día recitó “Cultivo una rosa blanca”, de nuestro José Martí, micrófono en mano. Ese acto fue televisado por Tele Yumurí, de Matanzas, y allí estaba Andy… Primero de la familia en declamar en público y salir tan pequeñito por televisión.
Andy y su pequeño tío Elio, hermanito de su mamá.
Estuvo este fin de semana en Santa Clara, y como su tercer añito lo cumple el día 18, pues tuvo sus “motivitos” en mi casa y en la de su abuelo.
Con sus papás, Abel y Yoli.
Con sus tíos, Abdel y Katy.
¡Muchas felicidades, mi niño!
Con su Abuela Amparo.
Tu sangre. Linda familia Amparo. Cuídala, mímala, ámala. Está de más que lo diga, es lo que haces. Es una de las tres bolas de cristal de la felicidad.
Sí que son deliciosos los bebés pequeñitos, con su olor a agua de violetas.
Se ve que estás orgullosa de tus tres hombres. Disfrútalo.