Mi amiga holguinera Antonia está muy deprimida, acaba de perder a un amigo entrañable, y este triste acontecimiento la ha llevado a componerle este poema tan cargado de amor y, a la vez, de angustia. Por mi parte, en honor del señor Bendas y a mi amistad con Toñita, lo publico y le regalo una rosa amarilla, pues le gustaban mucho:
Llegó a mi destino cargado de años,
pero en su semblante
me traía alegrías,
noticias y citas que vivía buscando
para hacer feliz los días de mi vida.
Su mirada antigua
me vivía cuidando,
jamás propiciaba lastimar heridas,
ungió su figura
tan pulcra y gallarda
en ratos y horas que a mí regalaba
con sumo cuidado y galanterías.
No pasó un instante que en mí no pensara,
no llegó una fecha que él olvidaría,
no existió un tema que de mí esquivara
y su mano amiga ¡siempre me extendía!