Con lo que la gente tira, un original artista realiza esculturas de más de tres metros de alto.
El barrio San Alberto está ubicado en Isidro Casanova, y forma parte del mayor distrito del conurbano bonaerense, La Matanza. Para quienes lo conocen, saben que sus calles son una pintura de la realidad social de los barrios alejados de los grandes centros comerciales. Una de las características es encontrar mucha basura, que a veces es recogida por los camiones municipales y otras sirve para que los mal llamados cartoneros utilicen para subsistir.
Lo que llama la atención, es que dentro de este contexto exista un artista de los desechos. Su nombre es Ernesto Escobar y realiza esculturas con rezagos electrónicos que se transforman en personas, robot o animales, con la idea de hacer algo para ubicar nuevamente el desperdicio dentro de la casa: “Lo que la gente tira yo lo llevo a mi taller y lo transformo”, asegura el original artesano.
Sus inicios está relacionados con su oficio de electricista y su preocupación por una montaña de desechos con los que no se sabía que hacer; allí surgió el disparador para transformarlo y se dijo que “algo tenía que hacer con eso, porque si lo tiras contaminas el planeta y esa no era mi idea”, expresó Ernesto. “Trato de juntar todo lo que es reciclable y le doy forma”, agregó.
Hábil con las actividades manuales, reconoce no haber estudiado, y desde hace más de un año dedica su tiempo a esta nueva pasión en el taller ubicado en el fondo de mi casa, que funciona como depósito y atelier. En ese espacio Ernesto trabaja en base a prueba y error, aprendiendo todos los días “diferentes técnicas hasta que una me dio resultado y en eso estoy hace un año. Descubrí mi pasión y no voy a parar hasta el fin de mis días”.
Con más de 50 esculturas, donde se destaca un dinosaurio, construido en su totalidad con material de descarte que mide tres metros por 2.50 de largo. Obra exhibida junto a otras en la Plaza de San Justo, ya que “mi familia se fue dando cuenta que lo que hago le interesa a la gente y me apoyaron, traigo algunas piezas que tengo, yo soy del barrio y me pareció bueno mostrarlo acá y no en Puerto Madero”, señala el singular artista.
Existen algunos antecedentes de obras realizadas con productos electrónicos y eléctricos. Una de ellos es WEEE-Man, un curioso proyecto que se llevó adelante hace un par de años en Gran Bretaña. Como se ve en la foto, es una gran escultura que simula algún tipo de ser robotizado construido con lo que un británico tira a la basura a lo largo de su vida. Realizado como proyecto educativo que intenta concienciar a la gente sobre el reciclaje y con la idea de que se reduzca el número de productos que acaban en un depósito o en un horno incinerador.
Unir la conciencia por la contaminación de nuestro planeta, crear arte original y lograr una salida laboral, parecen ser las premisas de este habitante del Gran Buenos Aires, quien descubrió su pasión en las difíciles horas que –producto de las innumerables crisis- tuvo que soportar este trabajador desocupado.
Fuente: Agencia 144
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