Estoy de acuerdo con mi colega Narciso Fernández Ramírez, que ha dado un título acertadísimo a este trabajo. Todos admiramos a este muchacho de sólo 20 años que se ha sabido crecer en este play off y que promete muchísimo. Ha demostrado que tiene garra y de qué manera:
No fue el pitcher ganador, pero sí un baluarte del triunfo en el quinto juego
Freddy Asiel no ganó, pero fue el hombre que impidió que Industriales venciera a Villa Clara en la tarde de este domingo.
Muy guapo y corajudo había que ser para frenar a un equipo azul crecido, que en la jornada anterior había dado nocao de 11-1 y que el viernes también mostró su artillería de largo metraje con cinco jonronazos y la friolera de 12 carreras.
Freddy Asiel Álvarez.
Ese pitcher todo corazón fue el derecho de Sierra Morena, quien se paró bonito en el box del «Latino», y con más de 55 mil aficionados en contra, cortó la inspiración de un león azul que venía dispuesto a clavar su tercer, y casi definitivo zarpazo.
Quien viera al Industriales de Germán Mesa arrancar delante, 2-0, por jonronazo de Yoandri Urgellés en la misma primera entrada, creería —como lo hicieron muchos— que hoy nada ni nadie salvaba a los anaranjados de Martín Saura.
Pero esos, los que titubearon, no conocían a Freddy Asiel. El muchacho de Sierra Morena, en Corralillo, se plantó partir de ahí, y adiós el sueño o la locura azul.
Un cero tras otro cayó en el abarrotado Coloso del Cerro, mientras los villaclareños luchaban a brazo partido, tanto por el empate, como por irse delante; ambas cosas, conseguidas en el octavo inning por tubey de oro del Gran Ariel Pestano, quien puso el desafio, 3-2, y con sabor a juguito de naranja.
Luego sobrevino la fatídica parte baja de ese propio octavo episodio, en el que el árbitro Pérez Julién cometió dos grandes injusticias. La primera, decretar quieto en segunda a un Mayeta que fue tocado por la espalda por el camarero Yandris Canto y que él, y solo él, vio quieto.
Y digo vio, por decir algo, pues lo ideal resulta decir que no vio, pues al parecer cerró los ojos y decretó lo que le vino en ganas. Infamia, que convirtió al estadio Latinoamericano en un manicomio gigante.
Restablecida la «calma», y con más de un villaclareño infartado, sobrevino la segunda de sus iniquidades: expulsar a Ramón Lunar, el tercera de Villa Clara, quien, sin poderse contener ante tanta ignominia, le dijo algo inapropiado, a lo que el «imparcial» Pérez Julién premió con una innecesaria expulsión del terreno de juego.
Luego, los favorecidos jugadores de la capital, quien en su honor hay que decir que mantuvieron una actitud respetuosa ante tamaña falta de objetividad, lograron empatarle a tres el choque a Freddy Asiel, quien, en ese propio octavo episodio tuvo que salir al llegar a los 120 lanzamientos establecidos por el reglamento.
De esa manera tan inapropiada —pues dependió de una mala, malísima, decisión arbitral— el derecho de Sierra Morena se vio privado de un triunfo que se merecía y por el cual, junto a Pestano y Borrero, hizo más que nadie.
Por eso —aunque fuera el jovencito Yasmani Hernández Romero, quien se llevó finalmente el gato al agua, digo, el león al agua, y el Matador Ulacia se alzó con el merecidísimo salvamento— no hay quien le quite al derecho Freddy Asiel Álvarez su condición de heroe del encuentro.
Ahora, con la serie tres a dos a favor del color naranja, la decisión de la final viene para Santa Clara, y en el estadio Augusto César Sandino.
Ya no podrá lanzar más, pero cuando el «Villa Clara» se alce con la corona y festeje sus quince, sus lágrimas de alegría, y la de miles de sus compatriotas, atestiguarán que Freddy Asiel Álvarez, a sus 20 años, supo ganarse un puesto entre los grandes de este peleado y combativo play off de la pelota cubana.
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