Por Miralys Sánchez Pupo
…No se debe olvidar que antes de ser político
soy un periodista, un escritor y quiero que se
me juzgue por mis obras…” (1)
Al abrir la novela La Consagración de la Primavera, escrita por Alejo Carpentier como un homenaje a la Revolución Cubana y al finalizar aparecen los pasos de una bailarina en su ensayo con el acostumbrado conteo de 1…2…3… en su continuación para unir la rotación y el giro de la artista sobre sus pies. Así se abre el escenario que puede considerarse parte del testamento literario del periodista y escritor cubano. Su encuentro con el episodio con Playa Girón le hizo opinar sobre él que representó una de las más grandes batallas en la Historia de América. Pero además de la más moderna al considerarla un hito trascendente por su especial el significado de su importancia universal.
El enciclopedismo habitual del escritor demostró en ella sus conocimientos políticos, históricos, musicales, la danza, sobre arquitectura y el lugar de los medios de difusión dentro del contexto temporal de un profundo análisis ya asumido por él desde mucho antes. Ellos transitan como una presencia de fondo cronológico que ofrece información para contribuir con el análisis del receptor, cuando ya era conocida la afirmación del autor quien aseguró que la guerra de 1914 no había cesado aún en el planeta y todo su remolino aún arrastraba las vicisitudes de la humanidad. Desde tales bases asumió la estructura novedosa para una obra que tal parecía estar alejada del centro neurálgico de Cuba.