Por Mayli Estévez Pérez

todavía se reitera el nombre de Villa Clara.
(Foto: Tomada del periódico Granma)
No se ha equivocado de fecha, ni tampoco estamos replicando artículos de la 49 Serie Nacional de Béisbol. Realmente Villa Clara sigue en la final de la Serie de Oro, no por méritos propios (ya descansa en el sexto escalón hace un buen rato), pero ha sido arrastrada a reaparecer en cada parlamento o escrito proveniente de los avileños, especialmente.
El primero en reiterar el nombre de los anaranjados, es el manager de los Tigres, Roger Machado. En cada comparecencia, cada vez que se pone en entredicho la valía de los suyos o alguien le cuestiona lo espinado del camino hacia el título nacional, Roger retoma el tema Villa Clara.
Recientemente, en el semanario provincial de Ciego de Ávila, Invasor, el otrora máscara del Cuba, llovió sobre lo mojado.
«Sabemos que nos queda esta batalla, pero ya ganamos las más difíciles. Frente a Villa Clara, porque todos los años nos eliminaba (…)»

añorada victoria frente a Villa Clara.
(Foto: Armando Hernández)
Me consta, porque fui testigo presencial, que el domingo 3 de abril Ciego se volcó a las calles y festejó aquel partido donde Vladimir García demostró que su recurso no es solo la velocidad, como un título. Después de cuatro años cayendo, a veces inexplicablemente frente a Villa Clara, el desquite era cuestión de orgullo provincial. O «personal», como me confesara una colega avileña.
Pero muerto el perro, todos pensaron que se acababa la rabia. Nada menos parecido.
Con la final dividida, a un triunfo para Pativerdes (2do. juego) y avileños (1er. juego), continúa la presencia naranja en las gradas del José Ramón Cepero (los Tigres tomando jugo de naranja son recurrentes) y en las líneas de algunos artículos. La agencia informativa latinoamericana Prensa Latina, después de resumir los cotejos de la finalísima, también le dedica un espacio a Villa Clara.
«Ciego de Ávila fue el máximo ganador de la Zona Oriental en el torneo regular y luego eliminó a Villa Clara y a Granma en cuartos y en semifinales, por ese orden. Importante fue el éxito sobre los villaclareños, a los cuales no habían podido vencer nunca en postemporada.»
Bonito modo de recordación, dirían algunos, inusual manera de estar presente en una final, alegarían otros. Pero lo cierto es que el tema anaranjado no se despinta del recorrido avileño en esta Serie 50, y no creo que lo haga, en largo tiempo.
Así que a lo recurrente, póngale una canción de fondo y diviértase, porque Villa Clara sigue en la final de la pelota cubana, al menos, como tema del sermón.
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