Un día como hoy, de 1971, comencé mi vida laboral, por eso no puedo pasarlo por alto, es bastante tiempo. Decir 40 años ininterrumpidos trabajando se dice fácil, pero nada de eso. Fue en el Centro de Documentación Pedagógica, de la Dirección Provincial de Educación, donde estuve durante 25 años; el resto, en el periódico Vanguardia. Los dos centros en Santa Clara, Villa Clara.
De todo este tiempo tengo muchos recuerdos, buenos y malos, pero más de los primeros; y algo fundamental, muy buenos amigos, que con el transcurso del tiempo ya los considero de mi familia. Algunos ya no están físicamente, otros están distantes, pero igual, seguirán siendo mis queridos amigos. Otros están muy cercanos. No los menciono a todos porque podría faltar alguno, pero sí hay dos personas maravillosas que no pueden faltar en este recordatorio: Moraima Migdalia Vidal Macías y Marieta Díaz Mora, que fueron mis dos madres en el trabajo y a las que les debo lo que soy actualmente. Sé que el resto piensa lo mismo y no se ofenderá por mencionarlas solamente a ellas.
Hace dos años escribí algo sobre mi primer centro de trabajo. Creo que de ese lugar solamente quedan las paredes externas. Algo bien deplorable.
Y como diría mi amigo Carlos Vidales, pos eso, ¡a celebrarlos conmigo!
¡Cuánto tiempo ha pasado…!
Muchas felicidades en este día tan especial. Cuarenta años se dice fácil, pero es toda una vida dedicada al trabajo. Ahora estamos un poco lejos, pero igual te felicito como si estuviera sentado al lado tuyo en la Redacción del periódico Vanguardia, mientras tú revisas con la misma pasión con que iniciaste tu vida laboral hace cuatro décadas el periódico de las lomas villaclareñas. !Felicidades!
Querida amiga, ¡qué guapa estás en la foto! Imagino que además de lidiar con el télex y los cables de agencia, tendrías que mantener a raya a toda una jauría de compañeros de trabajo.
Recibe mi cálido reconocimiento por tus cuatro décadas de labor al servicio de la comunidad; y como acostumbramos aquí en Argentina cuando alguien cumple años, recibe también cuarenta afectuosos -pero bien firmes- tirones de orejas (virtuales).
Gracias, Yoelvis y Horacio, por sus comentarios, los dos tan ocurrentes como siempre, y también agradezco sus felicitacionesy halones de orejas. Un abrazo para ambos
No puede faltar mi felicitación, querida Amparo.
Muchos años de fecunda labor que merecidamente recuerdas.
Después de ver tu foto coincido en que muchos visitantes (varoniles) se irían sin saber qué documento fueron a consultar
Recibe un cálido abrazo
Gracias, José Raúl, por tu comentario. Me hiciste reír, con tu ocurrencia. Un abrazo