Naciones Unidas condenó hoy, por vigésima ocasión en 20 años consecutivos, el bloqueo impuesto por Estados Unidos contra Cuba y exigió su levantamiento.
El nuevo rechazo a ese cerco norteamericano fue sancionado este martes aquí por el plenario de la Asamblea General de la ONU 186 votos a favor, dos en contra y tres abstenciones.
Las votaciones contra el bloqueo comenzaron el 24 noviembre de 1992 cuando la 47 sesión ordinaria de ese órgano aprobó por 59 votos a favor, tres en contra y 71 abstenciones la primera resolución en ese sentido.
Desde entonces la Asamblea ha aprobado cada año una resolución titulada Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba.
(Con información de Prensa Latina)
Ésta es una gran noticia para todos los seres humanos que sientan como propio el dolor ajeno; el bloqueo es una decisión cruel y trágica, pero además, irracional. Aplicándolo, los EEUU contradicen la propia imagen que desean instalar: la del superhéroe que combate por la libertad en todo el planeta.
Porque aún concediendo -en teoría- que se tratara de bloquear a un gobierno despótico para luchar en favor de sus ciudadanos, flaco favor se le hace a tan noble causa: quienes más sufren las consecuencias del bloqueo, son precisamente esos mismos ciudadanos a quienes se pretende ayudar.
Da pena también constatar que sea un miembro de la sufrida raza negra, el presidente Obama, quien mantenga la aplicación de tan crueles medidas; y más aún si se tiene en cuenta el elevado número de afroamericanos que pueblan la isla de Cuba.
Recordando asimismo la triste performance de Margaret Thatcher en la Inglaterra de los años ochenta, puede uno concluir en que los mecanismos de poder tienen una lógica propia, independiente de quien los accione; no importa que sea negro, mujer, judío, palestino o cualesquier otro segmento social históricamente discriminado, el manejo del poder se basa en una cuestión de roles y no de raza, religión, nacionalidad o género.
Por otra parte, no sería aventurado cuestionarse el sentido de la existencia de las Naciones Unidas, habida cuenta de que ese organismo viene votando el cese del bloqueo a Cuba desde hace casi veinte años, sin provocar mayores consecuencias que las producidas por el ruido de la lluvia, en el tejado de un apacible anciano que padece de sordera.
Un saludo a la valiosa VerbiClara, desde la margen occidental del Río de la Plata.
Gracias, amigo Horacio, por tu solidaridad. Saludos desde Santa Clara.