El escritor ecuatoriano Raúl Arias me ha enviado sus impresiones de la novela Una biblia perdida, del santaclareño Ernesto Peña González. Muchas gracias, amigo. Lamentablemente no fue hasta hoy cuando pude publicarlo. Arias terminó de leer la novela ayer, precisamente día en que se conmemoró el bicentenario de la ejecución de José Antonio Aponte:
UNA BIBLIA PERDIDA
Una biblia perdida es el título de la novela del escritor cubano Ernesto Peña González (Santa Clara, 1976), que recrea los rigores e intrigas del coloniaje español en los territorios de Cuba y la isla Dominicana.
Narra la vida de José Antonio Aponte, un ebanista y pintor que elaboró un extraño libro de pinturas entre 1806 y 1812. Con este trabajo artístico pretendió forjar una especie de biblia que describía la alcurnia y los momentos gloriosos de la raza negra, en especial del imperio Etíope, y las hazañas del denominado Batallón de Morenos Fieles de La Habana.
“Las experiencias vitales que conducen a Aponte a concebir su libro (su prolija educación, la fidelidad a un amigo, la pasión por una mujer que toma como modelo de su Virgen negra, y su contacto con los agentes secretos del Rey Henri Cristophe, entre otras subhistorias) son ficcionalizadas en esta novela que logra tomar el pulso, en código de suspense, a una época convulsa de la vida colonial cubana”, se lee en una reseña de la obra.
Excelente novela lograda tanto por una composición técnica sencilla, cuanto por sus recreaciones de la vida de los negros y blancos pobres sometidos al continuo espionaje de los agentes coloniales en La Habana y otras latitudes de la Isla.
José Antonio Aponte es capturado con sus compañeros insurgentes y sin previo juicio, son condenados a la pena capital por ahorcamiento.
Hacia el final de la narración, se lee: “Luego de ser previamente maniatados, todos fueron conducidos al patio donde se levantaba el cadalso. Aponte sonrió para sus adentros y se preguntó hasta dónde llevarían la farsa los oficiales de la prisión. Era obvio que no les podían ahorcar sin un juicio previo. Ellos eran personas libres, y las personas libres, de cualquier raza, tenían derecho a un juicio. Así lo consignaba la Constitución de Cádiz aprobada por nuestro ilustre monarca Fernando VII”.
Los condenados son ejecutados, uno a uno. “A los pocos segundos Aponte murió, rabioso y sin aire en los pulmones, después de un arduo pataleo de protesta. Era el 9 de abril de 1812.”
Una biblia perdida de Ernesto Peña González obtuvo el Premio Alejo Carpentier en el año 2010.
El autor ha sido galardonado con varios premios literarios, entre los que se destacan: Premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara en 2002 y 2007 (género de cuento), Premio Ópera Prima de la XIII Feria Internacional del Libro de la Habana, II Premio Cubasoneto 2007, Premio al Autor Novel, Editorial Oriente 2003.
La novela está editada por el Instituto Cubano del Libro, Editorial Letras Cubanas, 2010.
Deja una respuesta