Octubre
24
Los científicos no lo tomaban en serio. Antonie van Leeuwenhoek no hablaba latín, ni tenía estudios, y sus descubrimientos eran frutos de la casualidad.
Antoine empezó ensayando combinaciones de lupas, para ver mejor la trama de los tejidos que vendía, y de lupa en lupa inventó un microscopio de quinientos lentes capaz de ver, en una gota de agua, una multitud de bichitos que corrían a toda velocidad.
Este mercader de telas descubrió, entre otras trivialidades, los glóbulos rojos, las bacterias, los espermatozoides, las levaduras, el ciclo vital de las hormigas, la vida sexual de las pulgas y la anatomía de los aguijones de las abejas.
En la misma ciudad, en Delft, habían nacido, en el mismo mes del año 1632, Antonie y Vermeer, el artista pintor. Y en la misma ciudad se dedicaron a ver lo invisible. Vermeer perseguía la luz que en las sombras se escondía, y Antonie espiaba los secretos de nuestros más diminutos parientes en el reino de este mundo.
De Los hijos de los días, Siglo XXI, Buenos Aires, 2012.
* Eduardo Galeano nació en Montevideo en 1940. Allí se inició en el oficio periodístico, en sus años tempranos, y allí publicó su primer libro. Desde 1973, vivió exiliado en Argentina y en la costa catalana. A principios de 1985 regresó a Montevideo, donde actualmente vive. En dos ocasiones fue premiado por la Casa de las Américas y por el Ministerio de Cultura del Uruguay. Recibió el American Book Award de la Universidad de Washington por su trilogía “Memoria del fuego”, y los premios italianos Mare Nostrum y Pellegrino Artusi, por el conjunto de su obra. Fue el primer escritor galardonador con el premio Aloa, creado por los editores de Dinamarca, y también inauguró el Cultural Freedom Prize, otorgado por la Fundación Lannam, y el Premio a la Comunicación Solidaria, de la ciudad española de Córdoba. En 2008 los países miembros del MERCOSUR lo designaron primer ciudadano ilustre.
¿Que más puedo decir? Otra joya de nuestro grandioso Eduardo Galeano. ¡Vamos adelante verbiclara!, José Claudio desde Montevideo, Uruguay
Gracias, amigo Claudio. Sí, estoy poniendo Los hijos de los días, cada día. Un abrazo desde Cuba para mis amigos uruguayos Julia y Claudio.