En el siglo XIX una personalidad singular desafió grandes rezagos sociales. Con perenne interés de asistir enfermos y ayudar a los pobres, su vida fue una lección de entereza y emancipación
Por Dr.C. Julio César Hernández Perera*
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EL 19 de enero de 1819 atracó en Santiago de Cuba, proveniente de Guadalupe, el velero Helvecia. De este desembarcaba un suizo de 25 años, baja estatura (cerca de 1,25 metros) y de finos modales; ojos azules, piel blanca, cabello y cejas rubias, barbilampiño y con señales de haber sobrevivido a la viruela. Poseía el título de médico cirujano obtenido en París, con el nombre de Enrique Faber. (más…)