JUAN MANUEL RIVERA [mediaisla] Hay que aprender a tachar y corregir, a tirar al bote de basura lo que no sirve. Hay que desarrollar una conciencia crítica para poder crecer como poeta y lector del trabajo que uno mismo hace.
Tuve la fortuna de toparme con el poeta David Cortés Cabán hace muchos años en Nueva York. Para entonces yo era un joven profesor de literatura en el Hostos Community College de la City University of New York, y David era uno de los alumnos que le daban gloria al «colegio» por su motivación intelectual y sus afanes literarios. Recuerdo que, equivocándose de médico pero con absoluta fe en la medicina, en una ocasión David me hizo entrega de un voluminoso manuscrito conteniendo sus poemas. Una semana después nos reunimos a conversar sobre su obra. David no podía contener el deseo de conocer mi parecer sobre sus poemas. Creo que lo decepcioné. Sus poemas, nacidos de una desbordada sensibilidad muy suya, eran sin embargo un remedo del romanticismo desgastado, matizado por cierto brillo modernista. No le oculté mi opinión, pero tampoco insistí en ella. David se puso triste. Aproveché su silencio para escribir en una hoja amarilla algunos nombres de poetas vanguardistas y contemporáneos y se la extendí. Al par de días me lo encuentro en el pasillo camino del aula. “Ya he empezado a leer la obra de uno de los poetas que usted me dio. Esto es otro mundo.” Mi alegría ante su reacción tan constructiva no culminó aquí. Un mes más tarde, David me trae un nuevo manojo de poemas. (más…)