Por Tony Pinelli
Hace poco fui contactado por un querido amigo, especialista en el campo de las artes visuales, que me habló para que colaborara con un equipo de TV que venían a filmar un documental sobre música cubana: Estos realizadores pertenecen a la Emisora Educativa y Pública de Corea del Sur, la EBS (Korea Educational Broadcasting System), sistema estatal que posee siete canales de radio y TV que produce materiales culturales y educativos para todas las edades como contenido principal de trabajo y que tiene un programa que se llama “EBS ATLAS” donde se muestran temas sobre la arquitectura, la salud, las artes y otras cuestiones de diversos países. En este caso su interés radicaba en obtener testimonios de la música cubana y habían venido a América para filmar en Cuba, México y Argentina, para una serie dentro del citado programa que iba a llevar por título Música del Mundo, que será transmitida del 21 al 23 de abril.
Las canciones que le interesaban para filmar y entrevistar a sus autores y/o intérpretes fueron las siguientes:
1- Guantanamera, de Joseíto Fernández, versión de Luis Frank y su Tradicional Habana.
2- Veinte Años, de María Teresa Vera y Guillermina Aramburu.
3- Dos Gardenias, de Isolina Carrillo, versión de Isabel Pantoja.
4- Lágrimas Negras, de Miguel Matamoros, versión de Ignacio Mazacote Carrillo.
5- Son de la Loma, de Miguel Matamoros, interpretada por su conjunto.
6- Chan Chan, de Francisco Repilado “Compay Segundo”, versión de Familia Valera Miranda.
7- Voy a la Calle Vapor, de Emilio Moret, por el Septeto Habanero.
8- De Camino a la vereda, de Ibrahím Ferrer.
9- El Carretero, de Guillermo Portabales. Versión Buena Vista Social Club.
10- Hasta Siempre, de Carlos Puebla
11- Unicornio, de Silvio Rodríguez
12- Quizás, quizás, quizás, de Osvaldo Farrés, por Ibrahím Ferrer y Omara Portuondo.
13- Siboney, de Ernesto Lecuona, versión de Ibrahím Ferrer.
14- La vida es un sueño, de Arsenio Rodríguez.
15- Yolanda, de Pablo Milanés.
Según este equipo especializado, este es el hit parade de la música cubana en Corea del Sur, o sea, un grupo de canciones eficientemente distribuidas, principalmente por distribuidoras extranjeras, no cubanas, que la más joven debe tener más de 30 años de creada, que es el caso de Unicornio, de Silvio Rodríguez, lo que me llamó la atención, pues de la música cubana más reciente, no se mencionaba nada.
Por supuesto, la solicitud que me hicieron fue de que brindara asesoría e información, no de que les hiciera el guión del documental. Yo hice algunas averiguaciones a ver quién los podía atender y al fin, se conectaron con la casa productora del ICRT, que fueron los que tramitaron los permisos y conexiones correspondientes para que pudieran filmar en Cuba de forma legal y autorizada en compañía de un productor profesional puesto por el ICRT, que los acompañó, tramitó las cartas de solicitud a los organismos correspondientes y los asistió en todas las gestiones.
Su contacto en Cuba, fue la señora Hohyun Jung, nombre difícil para los cubanos, que decidieron llamarle “Julia” que de algún modo se le parece y es más fácil. Julia es una simpática muchacha coreana, vinculada a La Asociación de Intercambio Corea-Cuba, graduada de cine en Canadá y que debido a su especialidad tiene contactos con el Instituto cubano de Arte e Industrias Cinematográficos (ICAIC); actualmente vive en Cuba, pues se casó con un cubano y conoce el país, pero no es experta en música.
Le hicimos algunos comentarios de asuntos que podrían ser del interés de la EBS TV y ellos a distancia, pues estaban en México terminando sus filmaciones, fueron aceptando, no sin cierto recelo.
Al fin llegaron, pagaron sus visas de trabajo y permisos, servicios del productor, etc. y nos reunimos para explicarle nuestra visión del asunto, lo que creemos que resultó de utilidad, pues terminaron filmando un material que de alguna manera respeta la tradición, refleja alguna de esas canciones e informa de lo que se está haciendo como la bellísima sesión en el Conservatorio Alejandro García Caturla, donde se quedaron maravillados con nuestros niños y con los maestros; le filmaron una entrevista a Regla Travieso, la hija del gran Arsenio Rodríguez; fueron a Guanajay, donde sigue presente de alguna forma María Teresa Vera; entrevistaron y filmaron a Tony Ávila, como artista actual y de carrera ascendente, que estamos seguros de que va a gustar en Corea del Sur, estuvieron filmando en La Fiesta del Tambor con Pilotico, filmaron en San Miguel y Campanario en el legendario estudio EGREM donde recogieron testimonios por el 50 Aniversario de esa empresa; estuvieron en la Casa de la Música de Galiano y se fueron con material suficiente para brindar un panorama de primera mano acerca de nuestro ambiente musical, aunque hay que esperar a ver qué hacen con la edición, pues todo ese tesoro puede arruinarse, como todos los profesionales saben.
Con Corea del Sur no tenemos relaciones diplomáticas, pero sí comerciales, que incluso han seguido incrementándose. Hace años, el entonces presidente de ACDAM, Miguel Comas, lamentablemente desaparecido en un accidente de tránsito, hizo un convenio con una empresa coreana para vender un repertorio de piezas cubanas para karaoke y esa empresa trajo a la ACDAM los sintetizadores y medios para hacer las matrices que ellos se llevarían a Japón. Recuerdo que cuando estuve de director artístico del Delirio Habanero y el Café Cantante dos días de la semana, en la época feliz que dirigió el Teatro Nacional Nisia Agüero, Comas y yo, que nos llevábamos muy bien aunque discutíamos mucho, hicimos un convenio: Yo le resolví para la reunión de los presidentes de las sociedades de autor de América Latina en Cuba, 100 CD ROM de “Música Popular Cubana” que habíamos hecho con el CEISIC (Ediciones Cubarte) y él me prestó el karaoke de los coreanos con repertorio cubano incluido como una atracción más para hacer concursos de canto en el Café Cantante.
Pero bueno, anécdotas aparte, ¿Cómo es posible tan poca información sobre nuestra música si ya había existido un intercambio nutrido? El asunto del karaoke duró más de dos años según recuerdo y se grabaron muchas piezas cubanas, por lo que no me explico por qué no fueron a la radio de ese país, aunque por las características del mercado asiático cabe la posibilidad de que hayan vendido más en otras regiones o que sencillamente no trascendió el interés, más allá del segmento de mercado que manejaba la empresa productora.
Creo que este material puede ser interesante como medio de propaganda para nuestro quehacer musical, claro, más allá de lograr cosas baratas en un lugar para venderlas caras en otros. Hace poco la EBS TV de Corea, vendió 16 documentales culturales de este tipo a Colombia que pagaron muy bien; ellos vinieron y chocaron con el ambiente profesional que manejan, incluso de manera habitual, algunas de nuestras grandes figuras, que pidieron lo suyo por derecho de imagen, como cualquier estrella en el mundo. A estas no las filmaron.
Dice el dicho que una cara de guanajo bien administrada puede valer una fortuna, así que el equipo de EBS planteó filmar con toda “ingenuidad” donde quiera y como quiera, pero no pudieron hacerlo, no obstante, por la vía de autorizaciones y permisos se logró el objetivo y yo creo que el material que se llevaron fue representativo de la maravilla musical cubana, tan respetada en el mundo entero. Al fin y a la postre, en el peor de los casos hay que analizar cuánto nos hubiera costado promocionar nuestro sistema de enseñanza y a algunos músicos nuestros en Corea del Sur, por lo que creo que fue una buena inversión en publicidad, además de pagar los servicios, visas, etc. que es lo de menos.
Para mí queda claro y se reafirma lo que hace años venimos hablando en reuniones y congresos acerca de la necesidad de promover internacionalmente nuestra música y para ello, crear un Departamento o Instituto de Investigación y Comportamiento de Mercado, para que se puedan planear estrategias y tácticas de penetración comercial, aún con los países donde todavía no tenemos relaciones culturales, comerciales, oficiales, etc.
Donde no gusta nuestra música —más allá de orgullos y autosuficiencias— es donde no se conoce, porque desde finales de la década del 20, que empezamos con las tournée musicales internacionales no hemos dejado de ir creando interés y por ende mercado, amén que las condiciones económicas como país bloqueado por una parte y la falta de know how por la otra, no nos hayan dejado invertir lo necesario para crear o asociarnos a una gran distribuidora mundial, como creamos la agencia Prensa Latina en una época.
Hay que crear condiciones de facilidad e independencia para las iniciativas comerciales en nuestras empresas y cooperativas artísticas por cuenta propia en esta re-creación que estamos haciendo en nuestra patria. Al entusiasmo y apoyo demostrado por los artistas e intelectuales en el recientemente realizado VIII Congreso de la UNEAC, a esa fe absoluta y esperanza de mejoramiento profesional y cultural de nuestro arte en el gran sentido de la palabra, hay que alimentar con hechos que nos hagan sentir legítimamente orgullosos de nuestra tradición y lo más importante, de nuestro futuro.
Creo que voy a hacer un comentario un poco resentido. Pero primero dejemos claro que el artículo es muy interesante y válido. En efecto la música cubana que se conoce y se distribuye en el exterior está muy lejos de ser actual, aunque claro, esas muestras que se mencionan serán siempre joyas del patrimonio musical cubano y obligado punto de referencia.
Pero…existe un bloqueo de la mente, y no me refiero sólo a lo que se debate en el texto respecto a abrir las puertas comerciales. Por ejemplo, es claro que el diseño realizado fue completamente alrededor de La Habana, donde están Matanzas? Santiago de Cuba? y Trinidad? por sólo mencionar 3 ejemplos de lugares donde han nacido la gran mayoría de ritmos tradicionales.
Si se hubiera ampliado el espectro geográfico, en lugar de monopolizarlo a una pequeña región de isla estoy seguro se hubieran alcanzado mejores resultados.
En mi opinión el cambio tiene que empezar haciéndonos preguntas tan sencillas como esa.
Gracias, Wilder, siempre tan actualizado en todo, amigo mío. Ojalá te hagan caso, ¿verdad? Un abrazo.
Preciada Verbiclara:
No siendo ni cantante ni músico, siempre fui apasionado de la canción y la música. Gusto de montones de ritmos, pero nunca ninguno me gustó más que la música cubana. En mi ciudad,las radios siempre nos dejaron escuchar canciones cubanos; los llamados grandes tríos (Matamoros, La Rosa, Servando Díaz), Los compadres, la Sonora Matancera y muchisimos (as) cantantes, varios ya desaparecidos. En casa tenemos discos de Omara Portuondo, I, Ferrer, Compay Segundo, Celia Cruz, Olga Chorens, P. Milanés, B. Moré, La Lupe. No sigo porque la lista es de cien. Tambien en el Teatro Municipal de mi ciudad pude asistir al ballet de la gran Alicia Alonso.
Saludos.
Hugo
Estimado Hugo, veo que ha escuchado muy buena música cubana, me alegro mucho. Gracias por comentar. Saludos cordiales,
Amparo
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