Por Ramón Barúa Economista
Por más de 30 años, y a partir de la década del 50 del siglo pasado, trabajaba en la Embajada del Reino de Bélgica en el Perú un distinguido agregado cultural llamado Ferdinand de Trazegnies y Maeck.*
El señor De Trazegnies empezó a amar al Perú a través de su esposa, doña Rosa Granda Vásquez de Velasco, quien lo convenció para fijar su residencia en Lima. (más…)