Nadie puede hacer por los niños lo que hacen los abuelos:
Salpican una especie de polvo de estrellas sobre sus vidas.
Alex Haley
No puedo describir ese sentimiento que se siente por los nietos. Es amor, alegría, ternura, protección, devoción. Y como no los tengo cerca, pues se suman la angustia, la añoranza, la impaciencia por abrazarlos y besarlos. Es un gran regalo poder ser abuela.
El 18 de abril de 2006 nació mi nieto Andy, en Matanzas, y cambió mi vida. Hace poco, el 20 de febrero, nació su hermanita Anay, y ¿cómo explicarlo? Siempre añorando una niña. No pude tener una hija, pero tengo una nieta. ¡Se completa la maravilla! Estos dos chiquitines son mi vida. ¡Los amo, mis preciosos!