Por Juana Teresa Moya Peña
No es necesario que se celebre un aniversario más de sus natalicios, para recordarlos, porque invariablemente, ellos están en la memoria de todos los revolucionarios del mundo, especialmente de los cubanos.
Antonio Maceo y Ernesto Guevara tienen tanto en común que se igualan en el tiempo, y grandeza en la historia.
El Titán de Bronce, con su Protesta de Baraguá, Salvó la dignidad de nuestra patria,
y nos enseñó a no claudicar ante el enemigo.
El Guerrillero Heroico, nos dio una inigualable lección de internacionalismo,
honestidad y modestia.
Para los cubanos, la estirpe de Maceo se arraiga cada día más en cada una de nuestras mujeres, y nuestros hombres en una lucha abierta y frontal contra el enemigo poderoso, con el cual tampoco quiso contraer *deudas de gratitud*, porque prefería perecer en la contienda.
De Ernesto Guevara mucho aprendimos en momentos difíciles y en minutos inciertos.
Por eso, si figura se agiganta entre nosotros, en cada mujer y hombre que abrazados a su ejemplo repiten desde lo más hondo de su corazón, *hasta la victoria siempre*
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