Por Eduardo Galeano
En 1998, la Dirección Nacional del Régimen Penitenciario de la República de Bolivia recibió una carta firmada por todos los presos de una cárcel del valle de Cochabamba.
Los presos pedían a las autoridades que tuvieran a bien elevar la altura del muro de la prisión, porque los vecinos lo saltaban fácilmente y les robaban laropa que ellos colgaban a secar en el patio.
Como no había presupuesto disponible, no hubo respuesta. Y como no hubo respuesta, los presos no tuvieron más remedio que poner manos a la obra.
Y alzaron bien alto el muro, con ladrillos de barro y paja, para protegerse de los ciudadanos que vivían en los alrededores de la prisión.
*De su libro Espejos, regalo de mis amigos uruguayos José Claudio Sanguinetti y Julia Gadé.
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