En todos los idiomas hay numerosas maneras de llamar a los que piden limosna. En español son mendigos, limosneros o pordioseros.
Examinamos aquí la palabra pordiosero, con la que se designa a aquellos que piden «por Dios». Si a esta expresión le añadimos el sufijo -ero, tenemos formado el vocablo pordiosero, ‘aquel que pide limosna en nombre de Dios’.
En cuando al sufijo -ero, derivado del latín -arius, la Academia le atribuye cinco categorías de uso: 1) para indicar profesión o cargo, como panadero, librero, almacenero; 2) en utensilios y muebles, como en perchero, llavero; 3) para señalar lugar donde abunda o se deposita alguna cosa, como en basurero, hormiguero, avispero, perrera; 4) en árboles frutales: albaricoquero, melocotonero; 5) agregado a los adjetivos, indica carácter o condición moral, como en altanero, embustero, traicionero.
Aunque pedir limosna pueda no ser una profesión registrada, parece adecuado incluir pordiosero en la primera acepción.
De La palabra del día, por Ricardo Soca
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