Cual la esencia suave y fina
Huye al alba de la rosa,
Se voló pura y hermosa
Quien mi vida embelleció.
En mis brazos cariñosos
Tiernamente miró al Cielo,
Y un eterno y negro velo
Para siempre la cubrió.
Con el alma acongojada
¡Hija! clamo por doquiera,
Y una sombra pasajera
Me presenta mi aflicción.
Absorbida, creo verla
Que me brinda dulce beso…
Mas ¡ay! luego hasta el exceso
Siento herido el corazón.
Viene el sueño y confundidas
Vida y muerte entre mi mente,
Al dolor que el alma siente
Nuevas ansias le destina.
Delirando -En débil soplo
¡Edelmira! exhala el alma…
Y en el Mundo de la Calma
La trasbusco peregrina.
Como el ave herida y triste
Vuela en pos de errante sino,
Vagare con mi destino
Suspirando a quien perdí:
Que ya nada, nada el mundo
Hoy me balaga con sus bienes,
Y sus premios o desdenes
Serán sombras para mí.
Mas ¡ay triste! Cada aliento
De mi pecho marchitado,
Lleve el nombre idolatrado
Del hechizo de mi amor;
Y cual bálsamo de vida,
Cada idea de mi mente
Me lo muestre transparente
En el mundo de dulzor.
*El 2 de diciembre de 1817 nació, en Buenos Aires, José Mármol, poeta argentino, escritor romántico de la generación del 37, dirigió la Biblioteca Nacional Argentina. Es autor de la novela “Amalia” considerada la primera novela conocida en la Argentina. Falleció en Buenos Aires en agosto de 1871.
Tomado de Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
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