
La muestra de carteles de La Trovuntivitis inauguró en horas de la tarde el Longina en su vigésima edición. (Foto: Manuel de Feria)
Por Laura Rodríguez Fuentes
«No puede haber Longina sin frío», advertían los acostumbrados a trasnochar todos los eneros desde 1997. Para aliciente de los que añoraban el invierno, el «ángel» del encuentro parece haber escuchado las plegarias y arrastró consigo una onda invernal hasta Santa Clara. Al menos, para bautizar la inauguración del evento.