Hice una vida para entregártela,
una vida en la que sería imposible no coincidir,
en fecha detenida para siempre.
La ubiqué bajo la soledad de un cielo
que estuvo sin rumbo
sobre ciudades de las que alguna vez nos hablaron,
o descubrimos por azar en un libro,
o en boca de quien está predestinado
a revelar la duda.
La mía es un vacío
lleno por una inagotable llama
que grita las palabras que ganan el eco necesario
para ser escuchadas en la distancia.
Estoy doblado sobre un cielo que parece infinito,
y alguna vez intenté sujetarte con fuerzas
para que contemplaras las estrellas que desde entonces
juré serían tuyas para siempre.
Arístides Vega Chapú (Santa Clara, 1962)
De EforyAtocha
Excelente inspiración de un estado anímico irrepetible de Arístides Vega
Chapú