Por Ricardo Soca
En la antigua ciudad griega, la organización del Estado y la formulación del Derecho eran muy diferentes de los que hoy conocemos. Por ejemplo, no existían los fiscales, de manera que cualquier ciudadano podía acusar a otro ante la Asamblea del Pueblo, la Eklesía (cuyo nombre dio origen a la palabra iglesia) aunque, como ocurre aún hoy, a muchos les gustaba la función más que a otros y la ejercían regularmente y con cierto deleite. Eran los sicofantes o sicofantas, que hoy llamaríamos según los casos acusadores, delatores o soplones. Los sicofantes cumplían ciertamente una función social en la sociedad griega, aunque la moderna institución de la fiscalía los haya tornado hoy seres despreciables en ciertas circunstancias. (más…)