El origen del zortziko Maitechu mía está en una apuesta. En Fuenterrabía, unos amigos vascos juzgaban incapaz al maestro Francisco Alonso de componer música vasca. Él, picado en su orgullo, pidió a su amigo y colaborador Emilio González del Castillo una letra de ambiente vasco para ponerle música. Cuando la tuvo, el compositor granadino se sentó al piano y, en solo una hora, creó esta impresionante y maravillosa canción.
Buscando hacer fortuna como emigrante se fue a otras tierras
y entre las mozas una quedó llorando por su querer,
vuélvete al caserío no llores más mujer
que dentro de unos años muy rico he de volver
y si me esperas, lo que tú quieras de mí conseguirás.
Maitetxu mía, Maitetxu mía, calla y no llores más,
yo volveré a quererte con toda el alma, Maitetxu mía,
y volveré a cantar sortxicos al pasar,
y volveré a decirte las mismas cosas que te decía,
por oro cruzo el mar y debes esperar.
Luchó por el dinero y al verse rico volvió por ella,
saltó a tierra el primero porque soñaba con su querer,
ya llegó al caserío, voy a volverla a ver,
no sale a recibirme, qué es lo que pudo ser,
murió llorando y suspirando, mi amor, en donde estás.
Maitetxu mía, Maitetxu mía, ya no he de verte más,
No volveré a quererte con toda el alma, Maitetxu mía,
ni volveré a cantar sortxicos al pasar,
ni volveré a decirte las mismas cosas que te decía,
el oro conseguí, pero el amor perdí.
Maitetxu mía, Maitetxu mía, ya no he de verte más.
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