Los griegos llamaban nuós a la esposa del hijo, palabra que fue tomada por Cicerón como nurus, con el mismo significado. En latín vulgar, nurus se convirtió en nora, que ya en el siglo X había cambiado en español a nuera. La palabra latina perdura bajo diversas formas en todas las lenguas romances modernas, excepto el retorrománico y el francés.
De La palabra del día, por Ricardo Soca