Esta palabra, de uso frecuente en economía y en administración, proviene del latín superavit, una forma del verbo superare ‘exceder’, ‘sobrar’. En castellano, superávit se emplea como denominación de la magnitud en que los ingresos superan los egresos o los saldos positivos exceden a los negativos.
En nuestra lengua, este vocablo, que empezó a frecuentar el lenguaje económico a partir del siglo XVIII, se escribe con tilde por tratarse de una palabra grave terminada en consonante que no es n> ni s. El plural de superávit no sigue la regla general de añadir -es, sino que adopta la forma superávits porque responde a la indicación del plural para las voces terminadas en t, como ocurre también con déficit.
De La palabra del día, por Ricardo Soca
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