Para Rafael Pérez González
Por Francisco A. Ramos García y José M. Dorta Suárez
Sí, pero no la tetralogía novelística del escritor Leonardo Padura Fuentes ni tampoco los ciclos climáticos del año, sino las esculturas más antiguas expuestas en un sitio público en nuestra ciudad de las cuales se tenga noticias. Veamos: “Luego de largos años y cientos de enaguas y faldones arruinados por el fango placero, en 1871 el Cabildo decide, ¡al fin!, remozar el área y ésta adquiere un nombre mucho más sereno y adecuado al objetivo para el cual fue trazada: Plaza de Recreo. En 1881 se le hace un remozamiento; ahora se le construyen cuatro canteros: cada uno de estos recintos tenía en su centro una estatua representando a determinada estación del año.”[1] Como era de esperar, pronto cada cantero tomó el nombre de la escultura de la estación que contenía. (más…)