estaba ante mí sereno en sus atavíos
ocupando el cosmos
ardía en sí mismo
detrás del fuego
los seres alados
flanqueábanlo
en un arranque salvaje
no era probable detenerlo
bajo ninguna circunstancia
y así aminoraba su figura
hasta desvanecerse ante las pisadas
de quienes deambulábamos por allí (más…)