“Antes de poder vivir con otras personas tengo que vivir conmigo mismo. La única cosa que no se rige por la regla de la mayoría es la conciencia de uno”.
“No es necesario que uno explique todo lo que sabe. No es femenino… Y, en segundo lugar, a la gente no le gusta estar en compañía de una persona que sepa más que ellos. Les deprime. No transformaría a ninguno, hablando bien; es preciso que sean ellos mismos los que quieran aprender, y cuando no quieren, uno no puede hacer otra cosa que tener la boca cerrada, o hablar su mismo idioma”.
“Nunca conoces realmente a una persona hasta que no has llevado sus zapatos y has caminado con ellos”.
“Si consigues aprender una sola cosa te llevarás mucho mejor con tus semejantes, nunca llegarás a comprender a una persona hasta que no veas las cosas desde su punto de vista”.
“Es posible que oigas cosas feas en la escuela: pero haz una cosa por mí, si quieres: levanta la cabeza y no levantes los puños. Sea lo que fuere lo que te digan, no permitas que te hagan perder los nervios. Procura luchar con el cerebro para variar… Es un cambio excelente, aunque tu cerebro se resista a aprender”.
“Los ruiseñores no se dedican a otra cosa que a cantar para alegrarnos. No devoran los frutos de los huertos, no anidan en los arcones del maíz, no hacen nada más que derramar el corazón, cantando para nuestro deleite. Por eso es pecado matar un ruiseñor”.
“Uno es valiente cuando, sabiendo que ha perdido ya antes de empezar, empieza a pesar de todo y sigue hasta el final pase lo que pase. Uno vence raras veces, pero alguna vez vence”.
“Un muchacho negro ha muerto sin motivo alguno, y el responsable de ello ha fallecido también. Deje que los muertos entierren a los muertos esta vez, míster Finch. Deje que los muertos entierren a los muertos”.
“El hecho de tener novio permanente me compensaba muy poco de su ausencia. Jamás me había detenido a pensarlo, pero el verano era Dill junto al estanque de peces fumando cordeles, sus ojos animados por complicados planes para hacer salir a Boo Radley; el verano era la prontitud con que Dill levantaba el brazo y me besaba cuando Jem no estaba mirando, las añoranzas que cada uno de nosotros notaba a veces que el otro sentía. Con él vida era una dulce rutina; sin él, la vida era insoportable. Me sentí desdichada durante dos días”.
“Las cosas nunca son tan malas como parecen”.
“Uno no entiende a los demás hasta que no considera las cosas desde su punto de vista; hasta que no se mete bajo su piel y camina con ella por la vida”.
“Muchos reciben consejos, solo los más sabios se benefician de ellos”.
“El libro que debes leer no es el que piensa por ti, sino el que te hace pensar”.
“El momento en el que tus amigos te necesitan es cuando están equivocados. No te necesitan cuando están en lo cierto”.
“La mayoría de personas son buenas cuando finalmente puedes verlas”.
“Mantén tu cabeza en alto y baja tus puños. No importa lo que te diga cualquier persona, no dejes que te provoque. Intenta pelear, con tu cabeza, por un cambio”.
“Quería que vieras lo que realmente es el coraje. El coraje no es un hombre con un arma, es saber que estás en desventaja desde antes de empezar, pero sigues adelante sin importar nada”.
“Siempre di la verdad, no hagas daño a otros, y no creas que eres el ser más importante sobre la tierra. Rico o pobre, puedes mirar a cualquiera a los ojos y decir: “Puede que no sea mejor que tú, pero soy tu igual”.
“Es mejor ser silencioso que un tonto”.
“Hay hombres en este mundo que han nacido para cargar con las tareas desagradables de los demás, tu padre es uno de ellos”.
“Hijo mío, hay muchas cosas feas en el mundo, me gustaría que no las vieras, pero no es posible”.
“Matar a un ruiseñor es un grave pecado, porque lo único que hace es cantar para regalarnos el oído”.
*Nelle Harper Lee (Monroeville, Alabama, 28 de abril de 1926 – Alabama, 19 de febrero de 2016). Matar a un ruiseñor es una hermosa obra de Harper Lee que deja enseñanzas sobre la igualdad, la justicia y el racismo, y con la que logró ganar un premio Pulitzer.
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