
La ventana
Desde
esta ventana
crees divisar los rostros
irreconocibles
Lo que fue hermoso
y tuvo una presencia
Lo que llega de improvisto
y causa una gran conmoción
Y vas por otro camino
como quien entra
en un lago silencioso
y se detiene desnudo
como si el tiempo
se hubiera detenido
frente a los árboles
y entrara en la casa
sin importarle la desolación.
Entre la luz y el viento
He llegado
a los espacios
donde ocurre la transparencia
Me he quedado entre la luz
y el viento que pasa
por la blanca colina
Vuelvo a escuchar la agonía
de tu cuerpo
como si acabáramos
de regresar de un sueño
Pero no hay un fin
no hay un comienzo
ni una absoluta verdad
para retener lo perdido
Ven y mira mi cuerpo flotando
igual que un pájaro
en la tempestad.
El poeta
a Luis Alberto Crespo
Lo que sientes
es la brevedad
Lo que acontece
cuando miras
esas ramas secas
Mientras te alejas
y crees que todo
podría concretarse
en la mirada
Cuando el silencio
te cierra el paso
justamente
más allá de Carora
esa ciudad que arde
como una espina
contra el tiempo.
La dolorosa imperfección
La obsesión
por la perfección
la imagen buscando
el sentido de las cosas
La insensatez frente a mí
como una montaña cubierta de nieve
mi corazón temblando
trémulo como un pajarito
perdido en la inmensidad
aferrándose a mi libertad
y errante en la dimensión
del misterioso acontecer
obsesionado con el leve silbido
en la cúspide del milagro
o en la derrota del encuentro
allí donde se desliza tu ser
ignorando la interminable realidad
buscando el ruiseñor de Keats
más allá del infinito acontecer
de la imperfección dolorosa y sin fin.
La distancia
Contra la indiferencia
subo a la colina
más brillante
y suspiro
Mi historia queda
detrás de la colina
también la historia de la tierra
que me vio nacer
Pero el horizonte
cierra la distancia hasta
hacerme invisible
Vuelvo y pregunto
si la casa que flota
es real
pero los árboles
cubren la luz.
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