Bailarina de barra, de Fernando Botero
para Julio Breff Guilarte
el suceso anecdótico es difícil de creer
así sepamos de personas intentando volar
pero no de un edificio a otro
con plumas y alas y todo aquello
que lo relaciona
con un ave prehistórica de graznido grave
árboles gigantes que sirven para ocultar
a este pintor observando
todo lo que acontece
en el panorama de su obra
mujeres gordísimas suspendidas en la punta del pie
aspirando al cielo desde su movimiento
arriesgando en desequilibrio puro
el avión de madera colmado de gente
alegre en su sueño divirtiéndose
todo lo que no existe se puede ver aquí
así nunca lo hayamos en ningún lugar
el humor es el color más apreciado
de esta superficie que no termina
de narrar las historias del campo
en un tiempo detenido por propia voluntad
desde niño imaginó lo que aquí vemos
un artista toma una fotografía a una dama
y todos los hombres de la aldea
a través de una ventana
que olvidaron cerrar
una bicicleta rauda atraviesa la campiña
el conductor sonríe y detrás una acompañante
se sujeta colocando su mano donde no se debe
el pintor obvserva detrás de un árbol
y las ruedas de este transporte se convierten
en frutos verdes y deliciosos del lugar
esta imagen es captada doblemente
él se encuentra
en el cuadro y el cuadro es pintado
por él mismo que vuelve a sonreír
mientras sus personajes narran la aventura
de un pintor en medio de sus verdades
como si lo que ocurriese
fuera objeto de un canto para eternizar
lo que deseado visto o imaginado
en los espacios de la mencionada que se suspende
entre la fantasía y el sueño de quien
vive en ese mundo
Tomado de: PALABRAS PARA ABORDAR/ UNA NOCHE QUE PUDIERA/CONVERTIRSE EN UNA/ PÁGINA EN BLANCO/ O EN UN INOLVIDABLE VIAJE/O EN LOS QUE SEA NECESARIO PARA VIVIR. La Habana, Cuba 7,1993. 4:00 AM
verbiclara.wordpress.com 
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