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Foto: ©Pixabay/geralt

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El nombre de la nueva variante del SARS-CoV-2 detectada en Sudáfrica es ómicron, con tilde en la primera o y en minúscula.

Sin embargo, no es raro encontrar en los medios de comunicación frases como «Tras la decisión de la UE y EE. UU., más países suman restricciones por la variante “Omicrón”», «Ya hay en Europa un caso confirmado de un paciente contagiado con la nueva variante Omicron» o «¿Qué sabemos de Ómicron, la nueva variante sudafricana del coronavirus?».

La nueva variante del coronavirus ha sido denominada por la Organización Mundial de la Salud con el nombre de la letra griega ómicron, que, como recoge el Diccionario de la lengua española, es una palabra esdrújula, por lo que se escribe con tilde en la primera o.

Por otro lado, y tal y como señala la Ortografía de la lengua española, tanto los nombres de las enfermedades como los de los virus y sus variantes son sustantivos comunes y, por lo tanto, lo apropiado es redactarlos con minúsculas y sin comillas ni cursiva

Así pues, en los ejemplos anteriores, lo adecuado habría sido escribir: «Tras la decisión de la UE y EE. UU., más países suman restricciones por la variante ómicron», «Ya hay en Europa un caso confirmado de un paciente contagiado con la nueva variante ómicron» y «¿Qué sabemos de ómicron, la nueva variante sudafricana del coronavirus?».

De Recomendaciones de Fundéu (Fundación del Español Urgente)

Foto: © Agencia Efe/ ETIENNE LAURENT

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El verbo anunciar se construye sin la preposición de cuando se utiliza con el sentido de dar noticia o aviso de algo.

En los medios de comunicación se utiliza con frecuencia este verbo acompañado de la preposición de, como en «LeBron James anuncia de que no irá a los Juegos Olímpicos», «El expresidente del Barça ha anunciado de que el club apoya el proyecto de la liga europea» o «El primero en anunciar de que su país iba a suspender sus obligaciones fue Donald Trump».

Según explica el Diccionario del estudianteanunciar significa ‘hacer que (algo, especialmente un hecho futuro) se conozca o se sepa’. No es necesario añadir una preposición entre el verbo y el complemento directo (aquello que se anuncia). Utilizar el verbo con de puede deberse a un cruce con otros verbos de significado similar, como informar o avisar, que sí pueden construirse con esa preposición. En el caso de anunciar, añadir de es una incorrección gramatical conocida como dequeísmo.

Así pues, en los ejemplos anteriores lo recomendable habría sido escribir «LeBron James anuncia que no irá a los Juegos Olímpicos», «El expresidente del Barça ha anunciado que el club apoya el proyecto de la liga europea» y «El primero en anunciar que su país iba a suspender sus obligaciones fue Donald Trump».

De Recomendaciones de Fundéu (Fundación del Español Urgente)

Foto: ©Archivo Efe

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Los términobimensual bimestral bienal bianual no significan lo mismo, por lo que no es adecuado usarlos indistintamente.

Según el diccionario académico, bimensual es el adjetivo con el que se designa lo que ocurre o se hace dos veces al mes. El espacio de tiempo de dos meses es un bimestre, luego lo que suceda o se repita cada bimestre será bimestral.

Por otro lado, anual es lo que sucede una vez al año, pero si es dos veces al año será bianual. Dos años son un bienio, voz a la que corresponde el adjetivo bienal, que se aplica a ‘lo que sucede u ocurre cada dos años’.

Aunque habitualmente quincenal quiere decir bimensual, no siempre son términos equivalentes: algo que ocurre en viernes alternos es quincenal, mientras que algo que ocurre, por ejemplo, el 1 y el 7 de cada mes es bimensual.

Lo mismo ocurre con semestral ―cada seis meses―, que puede equivaler a bianual (dos veces al año).

De Recomendaciones de Fundéu (Fundación del Español Urgente)

Llueve y llueve en Atenas y en Santiago…

es un verdadero diluvio universal en Atenas…

la lluvia se escurre entre mi labios mojados…

lágrimas intermitentes caen del cielo nublado en Atenas y Santiago

negros nubarrones no dejan de pasar sobre nuestras existencias tan débiles…

es un verdadero diluvio universal en Atenas

y en Chile también llueve…

días de dolor e incertidumbre

días de dolor e inviernos duros

se nos vienen encima

con el doloroso pasar de tantos años

hoy ya sobrepasando todos los límites posibles…

y aun así celebrando este largo caminar…

llueve y llueve en Atenas…

lejos los hijos …

están

todos dispersos

por el cosmos…

algún día regresarán

algún día regresarán…

tal vez ya será muy tarde… porque

acá en Atenas y en Santiago llueve y llueve sin parar…

solo… solo en este rincón del mundo

seguiré y seguiré porfiadamente este caminar…

se ve claro

que la primavera y el verano

ya nos dejaron y abandonados…

aquí en Atenas solo llueve y llueve

torrencialmente.

¿y en Chile que está pasando..?

¿de nuevo soldados disparando contra el pueblo desnudo de la araucanía…?

Y Arauco

no tenía ya una pena… como decía Violeta…

dejemos que el cielo siga llorando solo…

y mis lágrimas se confundan

con las lluvias

en este diluvio universal en Atenas…

sigue lloviendo y lloviendo acá en Atenas ..

no importe que sea el día de mi fiesta olvidada…

escucho músicas del pasado..

y ahora que entre nosotros todo se terminó

y ya no hay nada más que nos une …

seguirá lloviendo como en un diluvio universal acá en Atenas y tal vez en Santiago de Chile…

llueve… llueve en ATENAS

14 OCTUBRE 2021

Limaduras de hierro se alinean sobre un papel, debajo del cual hay un imán.

Poder de atracción que ejerce el imán sobre el hierro, el niquel, el cobalto y sus aleaciones’ así como también ‘propiedad de los imanes y de las corrientes eléctricas de ejercer acciones a distancia, tales como atracción y repulsión mutuas e imantación por influencia,  así como la producción de corrientes eléctricas inducidas’. Se debe hablar, pues, de fenómenos electromagnéticos y no simplemente magnéticos.

Los fenómenos de atracción magnética, sin los cuales no funcionaría ninguno de nuestros electrodomésticos y,  mucho menos, las computadoras ni los teléfonos celulares, fueron observados por primera vez en la ciudad griega de Magnesia del Meandro, en la actual Turquía, donde el imán fue llamado λίθος μάγνης (lithos magnes) ‘piedra de Magnesia’, para luego pasar al latín como māgnēs, māgnētĭs.

En la Hispania del siglo XV, se decía que la piedra preçiosa que es llamada magnes beujda con vino sana los ydropigos, o sea “que esta piedra preciosa llamada magnes cura la hidropesía”.

Galileo intentó vender a varios nobles un pedazo de roca magnética, montada sobre un bello soporte de madera, alegando que sería un excelente regalo de bodas, como signo de atracción y fuerza, pero ante el fracaso, perdió interés en el fenómeno. Por aquellos mismos años, que sería retomado en 1600 por el inglés William Gibert en su obra De magnete, el primer trabajo científico sobre el magnetismo.

De La palabra del día, por Ricardo Soca

Ahora solo tengo mi canción,
mi canto desnudo,
la fiebre.
Partiré de la vida como de un lugar cualquiera.
Transmigraré. Seré polen o gusano,
seré cualquier cosa, menos yo.
Dejaré la morada de las cavilaciones
y ascenderé a la yerma quietud de los silencios.

Isabel de los Ángeles Ruano. Guatemala, 1945

Ahora tras el canto, después de la sirena,
cuando vuelve el silencio a remediar el mundo,
cuando la mano acerca su flor hacia la tierra
y puntea un poema profundo porque es mudo.

Y después de los siete pecados capitales
y de tantas virtudes a las que renunciamos
y de tantos errores, de los imperdonables,
y tan pocos aciertos a los ojos humanos.

(A los ojos de un Dios hemos de ser muñecos
sin voluntad ni fuerza, de la nada a la nada
no viajamos, el viaje nos lleva a pesar nuestro
y somos del destino los caballos de carga).

Y los que cometieron el pecado mortal
de no haber cometido pecado alguno, o casi,
porque el solo estar vivo es condena fatal
de un pecado anterior que hizo esta vida frágil.

Justos o pecadores, que poco importa al polvo,
grabamos nuestra muerte, la historiamos de olvido
para hacer de los huesos brillo ardiente en el lodo
y morder en la noche raíz de paraíso.

Alfredo Fressia. Montevideo, Uruguay, 1948