Para el 320 aniversario de la ciudad de Santa Clara, escogí este poema de Arístides Vega Chapú.
Da vueltas la glorieta, lenta,
como para no fatigarse
y el parque se ilumina entre la música
y los faroles
que sostienen en el aire
la luz que desearía poseer el cielo.
Lentamente, para no fatigarse, gira
la glorieta.
Los señores de la banda,
apuestos y elegantes como si hoy cumpliesen
años
logran los melodiosos acordes de un viejo tango
capaz de llenar todo el silencio del atardecer.