Aunque hubo artículos sobre el tema antes y después del 1º de septiembre de 2010, ese día, el diario La Jornada, de México, publicó uno de gran impacto, titulado “El holocausto gitano: ayer y hoy”, que recuerda una historia verdaderamente dramática. Sin añadir ni quitar una sola palabra de la información que ofrece, seleccioné los renglones textuales de su contenido que reflejan hechos realmente conmovedores, de los cuales, Occidente y, sobre todo, su colosal aparato mediático, no dice una palabra.
“En 1496: auge del pensamiento humanista. Los pueblos rom (gitanos) de Alemania, son declarados traidores a los países cristianos, espías a sueldo de los turcos, portadores de la peste, brujos, bandidos y secuestradores de niños.
—1710: siglo de las luces y de la razón. Un edicto ordena que los gitanos adultos de Praga sean ahorcados sin juicio. Los jóvenes y las mujeres son mutilados. En Bohemia, se les corta la oreja izquierda. En Moravia, la oreja derecha.
—1899: clímax de la modernidad y el progreso. La policía de Baviera crea la Sección Especial de asuntos gitanos. En 1929, la sección fue elevada a la categoría de Central Nacional, y trasladada a Munich. En 1937, se instala en Berlín. Cuatro años después, medio millón de gitanos mueren en los campos de concentración de Europa central y del Este.”
—En su tesis de doctorado Eva Justin (asistente del doctor Robert Ritter, de la sección de investigaciones raciales del Ministerio de Salud alemán), afirmaba que la sangre gitana era sobremanera peligrosa para la pureza de la raza alemana. Y un tal doctor Portschy envió un memorándum a Hitler sugiriéndole que se los sometiera a trabajos forzados y a esterilización en masa, porque ponían en peligro la sangre pura del campesinado alemán.
—Calificados de criminales inveterados, los gitanos empezaron a ser detenidos en masa, y a partir de 1938 se los internó en bloques especiales en los campos de Buchenwald, Mauthausen, Gusen, Dautmergen, Natzweiler y Flossenburg.
—En un campo de su propiedad de Ravensbruck, Heinrich Himmler, jefe de la Gestapo (SS), creó un espacio para sacrificar a las mujeres gitanas que eran sometidas a experimentos médicos. Se esterilizó a 120 niñas cíngaras. En el hospital de Dusseldorf-Lierenfeld se esterilizó a gitanas casadas con no gitanos.
—Millares de gitanos más fueron deportados de Bélgica, Holanda y Francia al campo polaco de Auschwitz. En sus Memorias, Rudolf Hoess (comandante de Auschwitz), cuenta que entre los deportados gitanos había viejos casi centenarios, mujeres embarazadas y gran número de niños.
—En el gueto de Lodz (Polonia) […] ninguno de los 5.000 gitanos sobrevivió.”
—En Yugoslavia, se ejecutaba por igual a gitanos y judíos en el bosque de Jajnice. Los campesinos recuerdan todavía los gritos de los niños gitanos llevados a los lugares de ejecución.”
—En los campos de exterminio, sólo el amor de los gitanos por la música fue a veces un consuelo. En Auschwitz, hambrientos y llenos de piojos, se juntaban para tocar y alentaban a los niños a bailar. Pero también era legendario el coraje de los guerrilleros gitanos que militaban en la resistencia polaca, en la región de Nieswiez.”
La música fue el factor que mantuvo en ellos la unidad que los ayudó a sobrevivir, como en los cristianos, los judíos y los musulmanes lo fue la religión.
La Jornada, en sucesivos artículos desde fines de agosto, refrescó los acontecimientos casi olvidados de lo que ocurrió con los gitanos en Europa, que afectados por el nazismo, fueron olvidados después del juicio de Nuremberg en 1945-1946.
El gobierno alemán de Konrad Adenauer declaró que el exterminio de los gitanos antes de 1943, obedecía a políticas legales de Estado; los afectados ese año no recibieron indemnización alguna. Robert Ritter, experto nazi en el exterminio de los gitanos, fue puesto en libertad; 39 años después, en 1982, cuando la mayoría de los afectados habían muerto, fue que se reconoció su derecho a la indemnización.
Más del 75 por ciento de los gitanos, que se calculan entre 12 y 14 millones, viven en Europa Central y del Este. Sólo en la Yugoslavia socialista de Tito los gitanos fueron reconocidos con los mismos derechos que las minorías croatas, albanesas y macedonias.
El órgano de prensa mexicano califica de «particularmente perversa» la deportación masiva de gitanos a Rumania y Bulgaria, ordenada por el gobierno de Sarkozy —judío de origen húngaro—; son las palabras textuales con que la califica. No se tome como una irreverencia mía.
En Rumania, el número de gitanos se calcula en dos millones de personas.
El Presidente de ese país, Traian Basescu, aliado de Estados Unidos y miembro ilustre de la OTAN, calificó de “gitana asquerosa” a una periodista. Como puede observarse, una persona sumamente delicada, y de cortés lenguaje.
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