
El Niño de la Bota en Santa Clara de noche. Foto: Carolina Vilches Monzón
Por Francisco A. Ramos García y José M. Dorta Suárez
Si preguntamos a los santaclareños sobre cuántas variantes del Niño de la Bota han pasado por nuestro parque Leoncio Vidal Caro a través de su historia, unos le responderán “uno” otros “dos”, tal vez alguno mejor informado conteste “tres”, pero de seguro, por muy bien enterado que esté el interrogado, se le ocurrirá decir “cinco”, y sin embargo, ese ha sido el número de cambios adoptados por nuestro querido Niño, devenido hoy símbolo de la ciudad.
EL PRIMERO
El Niño hace su aparición en la historia local con motivo de la remodelación del parque comenzada en 1923 y concluida en 1925, se cuenta que su figura apareció en un catálogo de sugerencias de una famosa casa de venta de objetos de artes, la J. L. Mott Company, de New York donde la encontró y seleccionó el coronel Francisco López Leiva para que se instalara en una fuente diseñada por él, se compró e hizo trasladar a Santa Clara.

El Niño de la Bota, junio de 1925.
Ya el 15 de julio de 1925, cuando se inaugura el parque Vidal remodelado, con el monumento a Marta Abreu, la pérgola y las noventa farolas que lo iluminaban, el Niño de la Bota, construido con una mezcla de calamina, estaba ahí.[1] Su compra, traslado e instalación se afirma costaron $ 731.83. (más…)
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