El 19 de mayo de 1895 cayó en combate nuestro José Martí, lamentable pérdida para todos los cubanos. Por eso, en este aniversario 115 de su desaparición física, escogí este poema de Norge Espinosa Mendoza:
Debieran pesar menos tus párpados, y el limo
de tanto verbo cívico ampararte en mejor modo.
Es larga la llovizna, y el paisaje que la mide
hierve ante tu nombre, que sabíamos Amado.
Estás
y no te vemos más que en el espasmo
que lo humedece todo, en su Constitución
que tantos generales firmaron muy de prisa,
urdiendo otra batalla, otro país,
Papel Moneda
Cárdenas. Bayamo. Ciudades que no viste
se empapan de tu nombre como de extremaunción
y ni los niños pueden, borrando la llovizna
marcar un tiempo apenas en que no estemos
habitándote.
Un parque, un mausoleo, repetidos como bustos
que doblan tu visión: eso devora la llovizna,
y los mapas siniestros que con ninguna brújula
desmentirán al mar, la soledad que nos rodea.
Llovizna, talismán, aparición, huida, encanto.
El mármol de un portal ya casi hundido te pregunta
por los antiguos fríos que te ofreció otra capital
que recorrías cegato, bizambo, desorejado
en pos de islas inciertas, casi humano temporal.
No se esfuma el olor tremendo de tu anécdota.
No cesa la llovizna
sino el mezquino tiempo que duró tu aparición.
Te vas antes de que abran sus mesas y sus manos
los húmedos civiles que supieron invocarte.
Te vas como se esfuma la silente Navidad,
y la fe cenizada con la cual sobrevivimos.
El día también canta, a su manera, los milagros.
Hoy, cuando quiero cerrarme en la llovizna
como un libro.
Norge Espinosa Mendoza, poeta, ensayista, crítico, narrador y dramaturgo villaclareño (Santa Clara, 1971)
Vea el poema Cepa de un cuerpo, de Norge Espinosa
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